O como dirían los alemanes "Gute Rutsch!" (¡Hay que ver! Ellos siempre tan eficientes y empiezan el año tropezándose).
Pues al contrario que otros años, hoy no voy a escribir de lo absurdo que es dividir el tiempo y de lo absurdo que es que hoy y no cualquier otro día suponga un cambio. No, no voy a hablar de eso (¡Vaya, creo que ya he hablado! bueno, pues aquí lo dejo y empiezo una entrada "típica" de Nochevieja/Año nuevo).
Se acaba el año. Un año extraño, un año más como otro cualquiera y a la vez un año diferente (como todos los demás). Empezó sin mucha ilusión, con las oposiciones, celebrando con amigos y con planes que al final no se cumplieron (creo que casi siempre lo mejor es lo que ocurre sin planearse) y de repente a mitad del año me dijeron que volvía a Alemania.
Y ahora empieza otro año. Un año en el que como siempre no tengo propósitos de año nuevo. No fumo, así que no puedo dejarlo; sé que no voy a hacer deporte, así que ni me lo planteo; e idiomas ya hablo (más me vale, vivo de eso), así que por ahí tampoco puedo hacer nada.
Simplemente, desearos que tengáis un buen año y que no se cumplan todos vuestros deseos, porque si se cumplen ¿qué voy a desearos el año que viene?; pero que sí se cumplan algunos, porque si os tiráis por un puente ¿qué voy a desearos el año que viene?
Ale, sed felices... o pereced en el intento.
2 comentarios:
Feliz Año Nuevo y que el Rutsch nos venga bien a todos, aunque hasta donde sé no es ni tropiezo ni gute, sino resbalón y masculino. No me lo tomes a mal, el complejo de Señorita Rottenmeier es mi cruz y ya sabes cómo somos los profes de profesión y de vocación :^D
No me lo tomo a mal, es la única forma de aprender.
Por cierto, me alegro de que los reyes te hayan traído de forma inesperada un regalo hortera de cuando en España todavía se hacían cosas ;-)
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