No sé si os habréis fijado (la mayoría de los que entráis en el blog sólo véis una entrada, así que seguro que no) pero últimamente estoy batiendo récords de lecturas ¿por qué será? ¿qué hacer para que tu blog tenga una cantidad inusitada de lectores de todo el mundo? ¿Quizá poner comentarios interesantes? ¿contar las cosas con gracia y donaire? ¿hablar de temas universales a la par que polémicos? ¿Actualizar con cierta regulaidad? Sí, sí, todo eso está muy bien, pero requiere mucho esfuerzo y en estos tiempos modernos en los que uno no le dedica esfuerzo ni a las cosas que realmente merecen la pena ¿por qué iba a dedicarle esfuerzos a la escritura de un blog? Así que aquí está la respuesta... nada más fácil que poner un enlace a una foto de la medusa.
Vosotros: ¿¡¿¡¿¡PERO QUÉ DICES!?!?!?! Ya se ha vuelto loco, ¡ay, pobrecito! ¡era tan jóven! ¡Y ya lo hemos perdido!
Yo: Os equivocáis, queridos lectores (o querido lector, porque por lo menos sé que alguien desde Collegevill, Pensilvania me sigue con sierta asiduidad ¿quién será? ¿quién será?, pero del resto de vosotros no tengo noticias).
De las sesenta últimas visitas, no menos de cuarenta han llegado directamente enlazadas a la entrada de cuando no tuve gripe A (bueno, y esa es otra, la entrada más vista la de algo que no ha sucedido, manda huevos) y todo ello gracias a un pego que escribí sobre nosequé tonterías de la Medusa y le puse una foto para ilustrar.
Bueno y en otro orden de cosas para qquellos que no lo sepáis (que a estas hora debe ser sólo mi lector colechvileño) he estado trabajando apuntando las matrículas de los coches que había apracados en la calle, sí, efectivamente, eso que hacía el loco de tu barrio, ése al que tu madre te decía que no aercaras no fuera a ser que te inyectara cualquier cosa rara... Lo mejor, sin duda, la cara de la gente preguntandome que por qué les estaba poniendo una multa, lo peor sin duda, levantarse a las cinco de la mañana con un frío de cagarse
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