jueves, 29 de diciembre de 2011

Jodío

No me ha pasado nada malo, no estoy gravemente enfermo, no me he roto un brazo, no me han despedido (aunque lo harán el 31 de julio), no se me ha muerto nadie y por si algún despistado no lo había pillado todavía, lo de ayer del churumbel no fue más que una simple inocentada (en serio, hubo por lo menos tres que picaron).

Aún así hoy tengo el día quejica, y sí, puedo decir que estoy jodío. A pesar de haberme reído ayer casi más que en todas las vacaciones, a pesar de haber comido flamenquines (por la mañana y por la noche), a pesar de haberme metido cinco vargas entre pecho y espalda (a lo largo de todo el día, no del tirón), a pesar de haber descubierto a Benito Pérez Galdós, a pesar de todo eso me quejo.

Me picaba la lengua (y creo que se me está extendiendo al resto de la boca), ahora ya me pica menos, pero me duele más (al hablar, al comer, al simple contacto con los dientes). Así que esta mañana he ido a la farmacia y me han dado un locutorio colutorio para las úlceras bucales (si no tenía bastante con mis problemas de estómago ahora se me ha subido a la boca). Con deciros que se me ha quitado hasta el apetito, creo que os hacéis una idea.

Además anteayer descubrí la oferta de empleo público de Andalucía para este año y no hay ni una sola plaza para alemán, ni en Secundaria ni en EOI. De Español para Extranjeros ni se plantea. Y en el resto de Comunidades Autónomas imagino que la oferta será muy similar. Ahora la pregunta viene ¿qué hago con mi vida a partir de julio? No es que tuviera esperanzas reales de sacarme la plaza, pero es que ya no tengo ni siquiera la posibilidad de intentarlo en alemán. Sí, ahí están inglés en EOI y en Secundaria y Lengua en Secundaria, pero todavía tengo que hacerme a la idea antes de aceptarlo.

Por lo menos ahora tengo más seguidores en Twitter.

PD: Otro día hablaré de los alemanes que cobran 400 €, de los minitrabajos, de que cada uno cuenta la feria como le ha ido, de lo que nos cuentan y de lo que escuchamos. Pero ahora mismo no tengo ganas de nada.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Voy a ser papá

Voy a tener un bebé, pero tranquilos, ni lo llamaré Lucifer, ni lo vestiré de mujer (si él quiere hacerlo de mayor, yo ahí ya no me meto). Y es que, amigos míos, el reloj biológico no se anda con tonterías, y sólo era cuestión de tiempo traerle un compañero de juegos a Pablete y a Angelilla.

Es cierto, que no es algo que estuviera planeado, y que (como bien sabéis quienes me concéis más allá del blog) ni siquera tengo novia formal. Pero creo que a estas alturas de la película no hace falta explicar cómo se hacen los niños, y es una verdad universalmente reconocida que no hace falta una pareja estable, sino que con quince minutos, un calentón de tamaño medio y una inconsciencia de tamaño monumental es más que suficiente.

Quienes me habéis visto en (in)acción en las discotecas sabéis que soy un tímido patológico. Que eso de ponerme a pico y pala con una completa desconocida es algo que ocurre cada siete años bisiestos que acaban en número impar, así que ya de tener éxito, mejor ni hablamos. Evidentemente, conozco a la madre del futuro peque de antes, de mucho antes.

Es una chica de mi clase de la Universidad. La verdad es que durante los cinco años que estudiamos juntos nos llevábamos superbien, y era una de las personas con las que más me juntaba. Al acabar la carrera nos fuimos distanciando, se fue de Córdoba y yo también, y ahora cuando vuelvo a Córdoba apenas nos vemos, porque si quedo con gente de la carrera, quedo con otra gente. Pero claro, el facebook nos mantiene al día y seguimos en contacto. Aprovechando las vacaciones de navidad y que los dos estamos ahora mismo en Córdoba ayer quedamos de nuevo y me lo contó.

Ella es suiza (de padres españoles, pero criada en Suiza y que volvió a España con 16 años), así que allí viven sus hermanas. Hará un par de meses, estaba ella vistando a su familia, y como Basilea queda muy cerca de donde yo vivo y nunca he estado, pues fui a visitarla un fin de semana. Con las coñas y el alcohol pasó lo que tenía que pasar y acabamos por resolver esa tensión sexual no resuelta que hay siempre en las clases de filología.

Así que ahora dentro de unos meses, el pequeño afra crecerá del tirón (aunque creedme que cuando me he enterado me han caído encima una pila de años de golpe) y habrá otro pequeño miniafra correteando por el mundo. Os pongo aquí una ecografía. Ya sé que es absurdo, pero creo que tiene mis ojos (menos mal que no tiene mi nariz). Para ver la eco, pinchad aquí.

martes, 27 de diciembre de 2011

¿A qué fuiste a Graná?

A ná.

Pues eso mismo me ha pasado esta mañana. El primer día no festivo de vacaciones, el primer día en que me puedo sentir privilegiado por tener un trabajo en el que todos los días entre el 23 y el 8 son vacaciones, voy y lo celebro levantándome a las ocho de la mañana para renovarme el DNI. Hay quien sabiamente dice que quien no tiene cabeza tiene que tener pies, y algo así me ha pasado. Entre las múltiples cosas que me he dejado en Alemania (la primera y última vez que hago una maleta sin haber hecho antes una lista de lo que me tengo llevar) están las fotos carnet; así que justo antes de ir a la comisaría, ha tocado una parada técnica en un fotomatón. (Nota: No vuelvo a echarme fotos carnet recién pelado, salgo con cabeza huevo), por lo menos en estas fotos salgo mejor que en las que me he dejado en Alemania (claro que tampoco es muy difícil), aún así confirmo ese gran grupo de facebook que se llama "Nadie es tan feo como en su DNI ni tan guapo como en su foto de perfil".

Bueno, pues como sobre las diez y poco ya estaba listo con mi nuevo DNI y toda la vida por delante, decidí aprovechar la mañana: comprarme un billete de autobús para subir al norte, visitar una exposición sobre la vida diaria del imperio romano (o eso creo, porque se llama "Romanorum Vita"), buscar libros para regalar por Reyes, buscarme libros de didáctica o de actividades para hacer con mis alumnos o para las oposiciones, y comprarle un diccionario de alemán a mi hermana (que para alguien a quien convenzo de que el alemán es guay, tendré que animarla).

Pues bien. En una de las mejores librerías de Córdoba la sección de idiomas deja mucho que desear, no he encontrado ningún diccionario de alemán (en realidad de ningún idioma, excepto español) en condiciones y sólo he encontrado un libro que me ha interesado y que he estado a punto de comprarme: Cocina tradicional andaluza. Pero cuando lo tenía en las manos y me he puesto a hojearlo, primero se me ha hecho la boca agua, y después he recordado que en Öhringen no tengo jureles, boquerones, calamares, solomillo ni jamón. Así que he suspirado y lo he devuelto a la estantería.

He ido a ver la exposición, y "oh tristeza, oh dolor, oh campos de soledad, mustios collados" resulta que abren a las 12:30 para cerrar a las 14:00. Vale que no pido que la abran a las ocho de la mañana que no va a ir ni Pirri, pero ¡¡¡¡¡a las 12:30!!!!! Señores, que tengo cosas más importantes que hacer (quizá no más interesantes, pero sí más importantes). A lo mejor es que ya estoy demasiado alemanizado y empiezo a considerar que la tarde empieza a las 12:00. Vamos que creo que las diez de la mañana (o incluso las 10:30) no es mala hora para abrir la exposición.

Inmediatamente después: el segundo momento "tranquilito y sin prisas que ya no estás en Alemania". De la no-exposición he ido a la estación de autobuses, he esperado pacientemente a que un señor comprase su billete y cuando he llegado a la ventanilla y la señora ha visto que no quería un billete de salida inmediata, sino para otro día, me ha dicho "Espera veinte minutos a que abra que ahora estoy muy agobiada". Eso eran las 11:10 de la mañana. Con un cálculo rápido se deduce que abren la ventanilla de venta de billetes a las ¡¡¡¡¡¡¡11:30 de la mañana!!!!!! Definitivamente lo compro por internet.

Después de no comprar el billete de autobús he decidido ir al Corte Inglés, que si todo el mundo compra allí los libros será por algo. Pues sí, es porque nadie compra libros de idiomas. Si en Beta la sección de idiomas era descorazonadora, en el Corte Inglés por poco me he echado a llorar. La sección de idiomas son cuatro baldas de una estantería. Una estantería relativamente profunda. Tan profunda que en cada balda hay dos filas de libros, pero los libros de detrás no son los mismos que los de delante, así que la única forma de verlos es sacar los de delante y, si los de detrás no son lo que buscas, volver a colocarlos en su sitio. Así no hay quien compre un libro. Definitivamente, el Corte Inglés apoya a las librerías de barrio. Por lo menos sí que he encontrado un diccionario de alemán para mi hermana (después de buscar y rebuscar), pero no era el que buscaba.

En esas estaba, intentado descifrar la lógica del Corte Inglés para ordenar los libros en las estanterías - desde luego por orden alfabético no es (ni por título, ni por autor) - y cuando estaba comprobando si los ordenan por el color de la portada, por la cantidad de páginas o por el número del ISBN, me llamó mi madre al móvil (habíamos quedado en que me llamaba para ir a comprar por el centro) y justo cuando voy a cogérselo va la batería y se acaba. Así que nada, vuelta para casa a corregir y escribir en el blog.

Como ya me conocéis, sabéis que todavía no he corregido.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Feliz Navidad

Podría hablar del portátil desde el que escribo esta entrada, mi nuevo portátil viejo; nuevo porque lo compré el otro día (ese difuso periodo de tiempo comprendido entre ayer y hace cinco años) y viejo porque lo compré de segunda mano (cada vez soy más fan de la segunda mano, y encima ahora está de moda entre los urbanitas alemanes). Un portátil en el que para escribir ß, ü, ö, ä sólo necesito pulsar una tecla, pero para escribir ñ ¿ ¡ tengo que pulsar 7 teclas (para cada carácter). Pero no, no voy a hablar de eso.

Podría hablar de que ya estoy de vacaciones, que ayer fue el último día de clase (con examen a la última hora), y después de eso tuvimos un claustro de dos horas para no llegar a ninguna conclusión, y después del claustro fue la cena de navidad, donde me lo pasé muy bien, pero acabé harto de hablar alemán, con la cabeza embotada y agotadísimo. Pero acabó mucho antes que la del año pasado. Ayer me fui a las 20:30, y ya quedaban muy pocos, el año pasado me fui a las 23:30 y fui de los primeros en irme. Pero tampoco voy a hablar de eso.

Podría contaros que esta mañana me he levantado a las siete de la mañana para ir al Gottesdienst (¡¡¡¡¡¡¡ni que fuera mi abuela!!!!!) porque tocaban todos mis alumnos. Aunque más que misa, eso ha sido un concierto. Para empezar las únicas palabras de la pastora (no pastora de cabras, sino pastora como sinónimo de sacerdotisa) han sido al final para decirnos "Feliz Navidad, id con Dios" (nunca mejor dicho), lo único que hemos hecho ha sido ver cantar a casi todo el colegio y una coreografía que yo no sabía ya si estaba en una iglesia o en un concierto de los 40 principales (vale, no ha sido tanto como esto, pero casi). Pero no, tampoco voy a contaros eso.

Podría deciros que el martes por fin nevó en condiciones y cuajó; pero fue sólo para que yo no pudiera decir que me voy a casa en Navidad sin haber visto nevar este año, porque por la tarde subieron un poco las temperaturas y llovió, con lo que al día siguiente ya no quedaba nada. Pero tampoco voy a hablaros de esto.

Podría comentaros mi opinión sobre los nuevos ministros, pero creo que no es de recibo hacerlo sin haberles dado tiempo para actuar. Así que tampoco voy a hablaros de eso. Podría comentaros que me ha tocado un buen pellizco en el Gordo, pero como no he comprado ningún décimo pues es evidente que no me ha tocado ni siquiera a devolver.

Así que ya sé de qué voy a hablaros hoy. Hoy voy a hablaros de mañana. Mañana cojo un tren sobre las diez de la mañana, en ese tren (en otro tren diferente en realidad) llegaré a Frankfurt, de allí a Madrid, estoy en Madrid un rato (más largo o más corto, depende de lo que se retrase el avión de Lufthansa), y de allí me cojo un bus a casita. Pero no creáis que voy a estar ocioso todas las navidades, que me llevo un buena lista de cosas por hacer:

- Corregir 51 exámenes.
- Preparar 5 exámenes más para la vuelta.
- Renovarme el DNI.
- Rascarme la barriga cada día por lo menos diez minutos con cada mano (incluyendo los festivos).
- Irme de fiesta con los amigos.
- Comidas varias con amigos y familia.
- Jugar con mis sobrinos.
- Reírme con conversaciones absurdas todo lo que no me puedo reír aquí (mirad que intento enseñarles, pero aquí no son muy dados a tener conversaciones absurdas).
- Subir al norte para no perder la costumbre de viajar (ya sabéis que con "norte" me refiero a todo lo que hay más allá del paralelo 39).
- No engordar (más de cinco kilos).
- Comerme una zapatilla mañana en Madrid (lo que no va ayudar mucho al punto anterior).
- No preocuparme por ver qué voy a comer cada día.
- Cocinar sólo cuando me pidan ayudan (o cuando necesiten mi ayuda aunque no me la pidan).
- Ir al cine.

¿Creéis que seré capaz de hacer todo esto?

lunes, 12 de diciembre de 2011

Si todo va bien, esta entrada se publicará el lunes a mediodía (con fecha del lunes a mediodía). A pesar de estar escribiéndola ahora, domingo por la noche. Es simplemente una prueba. Estoy evolucionando como bloguero.

Este fin de semana tenía pensado ir al famosísimo Mercado de Navidad de Rothenburg ob der Tauber. No ha sido posible. Pero tampoco ha sido un drama. El viernes fue un viernes de manta, sofá y peli. Pero sin manta. Ni sofá. Y con lluvia, mucha lluvia. No fue un viernes de MSP por nada en especial. Sino simplemente porque fue viernes y sólo tenía ganas de no hacer nada. Es más, de no ser por los vídeos relacionados del youtube, habría sido un viernes de siesta interminable. Pero tuvo algo bueno. Por fín vi "Malditos bastardos" (que me la compré hace dos semanas). En versión original, por supuesto. Y digo "versión original" y no "inglés", porque la versión original es en inglés, francés y alemán. No sé cómo lo habrán hecho para doblarla al español, pero viendo cómo doblaron "Una casa de locos" prefiero no saberlo.

El sábado me desperté despertaron relativamente temprano (a las diez de la mañana) y me puse a reparar mi cama (además de cocinero soy carpintero en mis ratos libres, una joyita, vamos... y encima estoy de oferta :-P ). Todo esto antes de que llegaran mis invitadas (Paloma y las dos Cristinas). Con la intención de ir a Rothenburg ob der Tauber. Pero la huelga de transoporte público de la KVV se cruzó en nuestro camino. Así que Cristina V. llegó una hora más tarde de lo previsto, y como las conexiones entre ciudades de BaWü no son precisamente como en el centro de Berlín, pues perdimos la oportunidad de ir a Rothenburg y tardar menos de cuatro horas para volver a casa. Así que hicimos lo que mejor se nos da a los españoles: ser espontáneos. Cambiamos de planes sobre la marcha (un alemán habría tenido un cortocircuito mental antes de cambiar planes sobre la marcha... bueno, y también habría planeado con tres semanas de antelación todas las posibles conexiones y posibilidades y las habría apuntado en su agenda. A veces pienso que los españoles somos espontáneos por necesidad).
Decidimos comer en el mercado de Öhringen y después irnos al mercado Weihnachtsmarkt de Bad Wimpfen. Ya estuve el año pasado, pero este año ha sido totalmente diferente. El año pasado estuvimos de día y nos fuimos después de comer, y este año llegamos después de comer y lo vimos un poco cuando todavía era de día y sobre todo por la noche. Además, algunos subimos a la torre, desde la que se ve todo el pueblo y alrededores y está chulísimo. Pero como la neurona no me da para acordarme de respirar y de coger la cámara, pues no hay fotos (¡Qué tiempos aquellos en las que podía hacer más de 100 fotos en un sólo día!).
Y casualidades de la vida, allí mismo, bajando las escaleras de la torre justo detrás de nosotros, estaba una profe nueva del instituto con sus padres. Si es que ya estoy hecho todo un alemán, que hago lo mismo que ellos en Adviento... excepto por lo de decorar la casa, encender una vela cada domingo hasta Nochebuena, ponerme a tocar instrumentos por la calle, decir que ningún año el tiempo ha sido tan malo (por exceso de frío o de calor) como éste y hacer galletas caseras como si no hubiera un mañana (bueno, en esto último sí que nos parecemos un poco).
Y ya por la noche, Paloma y nuestra Cristina volvimos a mi casa en plan base de operaciones. Volvimos para descubrir que estábamos más ringaítos de lo que pensábamos (sé que la palabra "ringado" no existe, así que la escribo como suena, y significa MUY cansado). De hecho, Cris se quedó dormida en el sillón y todo. Bueno, para eso y para ver el Madrid-Barça. Pero como resulta que la TV3 internacional no lo emitía, al final acabamos viendo el Supertalent.

El domingo por la mañana me desperté antes de que sonara el despertador y decidí ponerme a trabajar. Así que me puse a escribir el texto que van a escuchar mis alunos en el examen del viernes. Es un diálogo a tres que Cris, Paloma y yo grabamos justo después de comer (a lo mejor lo cuelgo después de haber hecho los exámenes).
Y después de dejarlas en al estación, pues simplemente me volví a casa para seguir preparando clases y trabajando. Pero claro. Si te encanta cocinar y tienes masa del día anterior, pues lo normal es ponerte a hacer pan. Y mientras se hace el pan, para no aburrirte pues lo normal es ponerse a ver los vídeos del youtube y también es el mejor momento para ponerse a limpiar a mano los paños de la cocina, como todo el mundo sabe.
Ah, y otra cosa que hice: tuitear. En el twitter encontré por casualidad un artículo que a más de uno de vosotros que me leéis se os agarrará al pecho y os hará tener la sensación de estar mirándoos en el espejo: Emigrantes otra vez.
El caso, que en el momento de escribir esta entrada, sólo tengo medio preparada una de las clases de mañana.

Ea, pues sed felices.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Jam Weihnachtssession

Antes de que se me olvide. Cada día lo flipo más por la forma en que la gente llega a este humilde blog; es cierto que ya hace tiempo que no llegan mexicanos buscando imágenes de la medusa (en serio, hubo un tiempo en que llegué a pensar que "medusa" en México tenía un significado desconocido en España), pero hay gente que llega buscando cosas como "competencias nocionales" (¡Cómo si yo tuviera la más mínima noción de algo!). Un día descubrí que hay un enlace al blog en un página de barcos holandeses y rusas que se anuncian para casarse con europeos (surrealista total). Hoy he descubierto dos enlaces algo más lógicos. Uno ya me lo esperaba, y es el de recetín (recetas de cocina para niños), me lo esperaba porque el autor es amigo del facebook y estudiamos juntos en el colegio. Pero el que me ha dejado con la boca abierta no, lo siguiente ha sido éste.

Y ahora, a lo que iba.

¿Sabéis lo que es una jam session (léase llém séshon)? Pues básicamente una serie de músicos independientes que quedan para improvisar todos juntos. Pues eso es lo que ha sido este finde.

Por segundo viernes consecutivo me fui correindo del instituto para hacer pan relleno y bizcocho que me venían visitas, y ¡¡menuda visita!! Venidos (casi) directamente desde Barcelona (pasando previamente por Tübingen) llegaron ni más ni menos que Aitor y Mariana. Llegaron sobre las seis, soltaron las cosas, comimos (esa comida que es almuerzo-merienda-cena que es LA COMIDA que hacen los alemanes y que según mi madre es la causa de que yo esté en constante expansión como el universo) e hicimos la visita obligada al Weihnachtsmarkt de Öhringen (como estaba lloviendo no tenía sentido ir más lejos), después de estar un rato viendo instrumentos musicales, visillos y adornitos de navidad (que no todo es salchichas y vino) acabamos acercándonos al puesto de la comida y pidiéndo unos Glühwein y un Kinderpunsch (zumo de manzana caliente) y he de admitir que el Kinderpunsch está más bueno que el Glühwein (en serio, mejor que deje de probar cosas en los mercadillos de navidad que a este paso voy a acabar admitiendo que el Glühwein es peor incluso que la lejía). Pues ya estábamos en esas, devolviéndo una taza para que nos dieran nuestros dos euros de fianza cuando oigo de repente "¡¡Rísquez, Rísquez!!". Resulta que eran tres profes del colegio con el conserje que estaban alli tomándose unos Glühweine, así que después de las presentaciones pertinentes y de criticar un poco nuestra patria chica de adopción, nos fuimos al pub (lo de EL pub es literal, porque hay uno en todo Öhringen). Los dos profesores y el conserje se pidieron una caipirinha (sí, caipirinhas a las ocho de la tarde), la profesora se pidió una coca cola light, Mariana se pidió un chocolate caliente y yo opté por el punto medio y me pedí una cerveza. Cuando se acabó la ronda y los profesores ya estaban viendo si se pedían otra caipirinha o pasaban a algo más fuerte, los españoles decidimos que nos retirábamos en la cumbre de nuestra carrera.

Al día siguiente sin necesidad de madrugar en exceso pusimos rumbo a Ulm, donde nos encontramos con Lukas y Aga (su mujer), con Marta, Javi y Pablito, y con Inga y Clara (dos amigas de Tübingen de Aitor y Mariana). ¡Qué alegría de volver a ver a la gente! No os voy a hablar del frío y el viento que hacía, no os voy a contar lo impresionante que es la catedral de Ulm, ni siquiera os voy a enseñar mi nueva taza para la colección y no voy a deciros que comí carne y carne hasta que casi me salió por las orejas (acompañado por Aitor, por supuesto). Pero sí quiero deciros que cada vez que veo a la familia Victorero se me acaban recargando las pilas, y que cada vez que juego con Pablito o que simplemente lo cojo de la mano para ir por la calle, me acuerdo del Pablito y la Angelilla que me esperan en Córdoba y que cada vez tengo más ganas de que pasen estas tres semanas. Y antes de ponerme sentiemental, sigo con lo que estaba. Después de comer y dar una vuelta, Marta, Javi y Pablo se volvieron a casa, los demás nos fuimos al mercado de navidad y a tomarnos el último Glühwein de la temporada (por lo manos de este fin de semana). Estuvimos viendo el mercado, cantando villancicos, perdiédonos y reencontrándonos al ritmo de "Los peces en el río", viendo el sacudidor de colchones de don Pantuflo Zapatilla, etc. y al final (caundo se fueron Lukas y Aga) decidimos que Clara e Inga mejor que no cogieran el tren, que en mi casa hay sitio para todo el mundo. Así que a pesar de sus reticencias inciales, aquí acabamos los cinco la noche después de una paradita técnica en Gingen para comprar la cena y para despedirnos del Hemingway (INCISO: el otro día descubrí que mis alumnos ALEMANES no saben quienes son ni Hemingway ni Günter Grass).

Sobre una hora después de salir del Hemingaway estábamos llegando a Öhringen y poniéndonos a cocinar. Es una verdad universalmente reconocida que cuando tengo invitados no les doy de comer lechuguita. Cuando Isabel Preysler tiene invitados de improviso les pone Ferrero Rocher, yo les hago cualquier cosa con masa casera de pan o pizza. Y claro, como no estoy acostumbrado a cocinar para cinco personas, pues no tengo cogidas las medidas, y puse a todo el mundo a preparar cosas y al final creo que voy a estar desayunando pizza y bizcocho hasta la semana que viene. Pero ¿y lo bien que nos lo pasamos? ¿Y lo que nos reímos? ¡Que para eso es el fin de semana!

Esta mañana (o más bien al mediodía) después de desayunar como leones (y aún así no acabarnos las pizzas de ayer por la noche) pusimos rumbo a Heidelberg, donde vimos a gente que ya conocíamos y paseamos bajo la lluvia, nos tomamos una salchicha en el mercado navideño y dejé pasar la oportunidad de ampliar mi colección de tazas de Weihnachtsmarkt con una taza que en alemán se puede definir como "Wie süüüüuüüüüüß!!", en inglés es "so cuuuuuute!!!" y en español gracias a Dios no tenemos una expresión capaz de encerrar tanta pastelosidad y monería. Vamos que es una taza cuya asa tiene forma de corazón, porque, por lo visto "ich hab' mein Herz in Heidelberg verloren"

Y hora y media después ya estaba cada mochuelo en su olivo (o yo por lo menos ya me estaba empapando en Öhringen, comprando un billete de tren para mañana, que los profesores también tenemos que formarnos de vez en cuando).