viernes, 29 de marzo de 2013

Semana Santa

No soy yo muy capillita, no me gusta demasiado ir a ver procesiones, a lo mejor porque ya he visto bastantes, a lo mejor porque ya he pasado bastantes semanas santas yendo de un lado a otro buscando pasos y viendo nazarenos, a lo mejor porque de pequeño yo mismo salí varios años de nazareno. Pero el caso es que la bulla que se forma me agobia muchísimo. Y sin embargo, de un tiempo a esta parte son unas de mis vacaciones preferidas. Y más aún este año.

Empezó de la mejor forma posible, con la boda de dos de mis mejores amigos. Parece que este año voy de boda en boda y tiro porque me toca, pero esta ha sido especial, conozco a los novios (ya esposos) desde hace tanto tiempo que casi ni me acuerdo. Hay gente que cuando vengo a Córdoba se me puede pasar ver, hay gente con la que a veces no puedo quedar, pero venir a Córdoba y no verles es como venir y no ver a mis hermanas, así que os podéis imaginar la alegría que me ha dado que se casen.

La boda fue fenomenal. Nada más salir de la iglesia nos mojamos como pocas veces y fue montarnos en el autobús para ir al convite y dejar de llover. Pero nos divertimos (o al menos yo me divertí) como no me divertía desde hace mucho tiempo. Tampoco me voy a perder en detalles de la boda, pero sí tengo que decir que fue como estar de fiesta más de doce horas seguidas con mucha de la gente que más quiero. Y si pudiera repetirlo cada semana, lo haría sin dudar. Aunque algo me dice que de aquí a un par de años lo vamos a repetir más de una vez. En serio, me lo pasé tan bien y me alegro tanto por ellos que no sé cómo escribirlo por aquí.

Pero la boda terminó, cada uno se tomó los ibuprofenos que necesitara y el mundo siguió girando. El resto de las vacaciones se pueden definir con una palabra: despedida. A veces tengo la sensación de que vengo a Córdoba nada más que a saludar y cuando apenas he llegado ya me estoy despidiendo de nuevo de la gente. El martes quedamos los que estábamos en Córdoba (y nos enteramos) de nuestra mesa en la boda (y los que aunque no cabían también pertenecían a nuestra mesa) para tomarnos un café y al final no volvimos tarde cada uno a nuestra casa, pero la verdad es que estuvo más que bien. Hubo conversaciones que no me esperaba, que aún me siguen rondando la cabeza y risas, muchas risas, lo que necesitaba.

El miércoles ya seguí con las despedidas de más buenos amigos. Por la mañana me despedí de la cordobesa de Jena (aunque ya no esté allí) que nos ha dado un alegrón inesperado. No sé si la veré en Alemania o ya la próxima vez será en Navidad. Por la tarde celebramos el cumpleaños de mi sobrino y nos juntamos en su casa más de veinte personas y mis tres personitas preferidas, a los que más echo de menos cuando estoy en Alemania. Por la noche me despedí hasta el verano (como mínimo) de otros dos de mis mejores amigos desde 1° de EGB a la vez que descubrí a Ignatius, un monologuista de la Paramount.

Ayer la lluvia dio una pequeña tregua y fue el único día que todas las procesiones pudieron salir y no tuvieron que volverse antes de tiempo, así que aproveché, vi salir el Esparraguero con parte de mi familia, cené en casa de mi hermana y me fui de bares, en concreto al Natali, a celebrar que me lo descubrieron la Madrugá de hace un año.

Y bueno, poco más, he acabado de corregir una clase, y ahora estoy oyendo como llueve y esperando que llegue la noche para seguir despidiéndome.

lunes, 25 de marzo de 2013

Viena

La última entrada la escribí el último día antes de las vacaciones y desde entonces mi vida 1.0 ha estado tan bien que apenas he pasado por aquí. Este finde he estado en la boda de dos de mis mejores amigos, pero la primera parte de las vacaciones (la semana pasada) estuve en Viena con Carabanchelero y la verdad es que me encantó.

El primer día llegamos un poco tarde, pero justo a tiempo para que se nos acercaran personajes (se ve que cuando no está Baldomero, el imán de personajes lo tengo yo). Estábamos en la estación del aeropuerto para coger el metro hacia el hotel y de repente se nos acerca un tipo búlgaro que hablaba búlgaro, ruso y cuatro palabras de inglés con el billete de metro, me lo enseña y me pregunta "Perforation?". Una cosa es jugármela y no validar mi billete, otra es decirle a un tipo con pinta de mafioso del este y a su mujer que no se preocupen, que no hace falta. Porque si al final resulta que les ponen una multa, el que se levanta con una cabeza de caballo en la cama soy yo. Pero afortunadamente yo tenía razón y no hacía falta. Cuando el jefe de la mafia búlgara (Black Sea! Black Sea!) vio que le estaba ayudando de buen rollo, me sacó su smartphone y me empezó a enseñar fotos de sus casas y de su hija (siempre viene bien tener un yerno pringado al que echarle la culpa cuando la policía intente investigar al capo dei capi, pero como podéis imaginar, me resistí a sus encantos). Llegó el metro, nosotros nos bajamos y el mafioso y su señora siguieron a su hotel. Soltamos las maletas, nos compramos el billete de metro de 72 horas y a explorar el centro. Por las horas que eran, ya estaba casi todo cerrado, pero por lo menos pudimos ver la catedral por dentro (más o menos) la Kärtnerstraße y Graben de noche y llegamos hasta Michalerplatz, cenamos y de vuelta para el hotel a descansar.

Al día siguiente, desayuno de campeones en el hotel ¿os he dicho alguna vez cuantísimo me gustan los desayunos de buffet libre de los hoteles? Y de vuelta al centro a patear la ciudad de día, vimos la ópera por fuera, alguna iglesia y, como se puso a llover, nos metimos en Hofburg. Actualmente es la residencia del presidente de la república, pero a nosotros lo que nos interesaba es que era el palacio de la familia real, con el museo de Sissi y las habitaciones de la familia real. Me gustó bastante, pero llegó un momento en el que ya se me estaba haciendo un poco largo; es lo que tiene ir con audioguía, que  veces se hace un poco monótono. Lo bueno de la audiguía es que cuando te hartas, paras en mitad de la explicación y a otra cosa (total, una semana después, de las tres horas de explicaciones sólo recuerdo que Sissí tomaba cocaína para los dolores de regla). Cuando acabamos nos fuimos a tomarnos un Schnitzel porque ya estábamos hambrientos.

El típico filete empanado de toda la vida, pero los austriacos están muy orgullosos de su plato nacional.
Después del Schnitzel nos dimos una vuelta y como el día estaba que se iba a poner a llover en cualquier momento, decidimos ir a la ópera, que me habían dicho que unas horas antes de la función ponen a la venta las entradas de pie. Como los ultras en el fútbol, pero en vez de ir con bengalas a liarla parda y cagarse en el árbitro, la gente va con monóculo y pajarita a aplaudir a la soprano y al tenor (Nota: esta imagen puede que no se corresponda con la realidad). Pensábamos que las entradas costarían unos diez euros, lo cual para ser una ópera (no una películilla) en la Ópera Nacional de Viena (no el cine Góngora de Córdoba) está muy bien; pero ya cuando nos dijeron que no eran 10 euros, sino 3 nos dieron el alegrón del viaje. La ópera fue El barbero de Sevilla. Y ¿sabéis la escena de Pretty Woman en la que Julia Roberts dice sobre la ópera "me ha gustado tanto que por poco me meo en las bragas"? Pues se queda corta. Es más al día siguiente representaban Las bodas de Fígaro y a puntito estuvimos de volver, pero el sol se cruzó en nuestro camino.

A pesar de no llevar traje, Carabanchelero y yo nos seguimos pareciendo más a Richard Gere que a Julia Roberts.
Tenéis que tener en cuenta que hicimos más de dos horas de cola para comprar las entradas, que la ópera duró más de tres horas y que hubo un descanso. Así que cuando acabó, lo que teníamos no era hambre, era lo siguiente. Pero eran casi las once. Eso en España no es mala hora para irse de tapas, en Austria no es mala hora para llevar ya un rato durmiendo, así que única posibilidad que teníamos para comer era el Maredo de enfrente de la ópera. Cena y a la cama, que todavía nos quedaba un día largo por delante.

Previsores que somos, al día siguiente teníamos entradas reservadas para una visita a Schönbrunn. Los cordobeses tienen una parcelita en Alcolea donde pasan los veranos, una parcelita con su huerto, sus piscinita y su perro. La familia real austriaca tenía Schönbrunn, con sus 1441 habitacioncitas y su jardincito de 160 hectáreas (más de 300 campos de fútbol en la medida internacional estándar). Esta vez la visita no era con audioguía en español sino con persona-guía en alemán austriaco, lo cual me acojonaba un poco, porque el alemán austriaco no es el de Hannover. Pero la verdad es que fue bastante más amena que la de Hofburg, así que si podéis coger la guía de persona en vez de la audioguía os lo recomiendo porque sólo es tres euros más cara (si habláis alemán, claro). Después de recorrer los 300 campos de fútbol (o quizá no todos), ya nos fuimos a comer porque estábamos caninos y además estaba empezando a llover. Llovió tanto que después de comer salió el sol, así que cambiamos a Fígaro por el Danubio y el Riesenrad. El Riesenrad es una noria que está a la entrada de un parque de atracciones desde la que se ve una panorámica de Viena. Muy chulo todo, pero ya era de noche así que vimos Viena iluminada en lugar de ver Viena de día.

Al día siguiente Carabanchelero estaba malusquillo, así que sólo nos dimos una vuelta por el centro, yo comí algo, y de vuelta al aeropuerto, que por la tarde salía el avión de vuelta a Alemania.

Viena me ha gustado mucho, he visto parte de lo obligatorio para los turistas, y lo más importante: me han quedado ganas de volver, sobre todo para ver esas cosas que en 72 horas se te quedan fuera.

viernes, 15 de marzo de 2013

Respuesta

Como ya anuncié por aquí tenía intención de solicitar el reconocimiento del título para quedarme en Alemania. Y esa entrada me la comentaron Molinos y Elenita. Y lo flipé muchísimo. Lo solicité y hoy me ha llegado una respuesta. La respuesta de la que hablaba la semana pasada. Para entenderla hay que recordar algo sobre el sistema educativo alemán. Los profesores de secundaria alemanes tienen dos especialidades que pueden estar relacionadas (por ejemplo, en mi caso inglés y español, que aquí son lenguas extranjeras) o no estarlo en absoluto (mi compañero Günter enseña historia - una de mis asignaturas favoritas - y matemáticas - una de mis asignaturas más odiadas).

Como en España hice Filología Inglesa y el CAP, la formación pedagógica y la asignatura de inglés me las reconocen de forma automática, pero español no. Eso ya lo sabía. Pero para completar la formación de español yo esperaba una respuesta parecida a la que dieron a mi mentora (que llegó aquí desde Benidorm hace siete años en condiciones parecidas): que hiciera cuatro asignaturas en la universidad (de aspectos de la lengua española, de literatura española, de didáctica del español y de traducción). Pero me han pedido algo diferente. 

En realidad me dan dos opciones: Anpassungslehrgang (llamésmole AL) y Eignungsprüfung (EP a partir de ahora). Y ¿qué significan/implican estas dos palabras taaaaan alemanas? El AL consiste en volver a la universidad y hacer 35 créditos de lengua española y literatura en español y 5 créditos de didáctica del español, lo que supone de ocho a diez asignaturas (aquí cada asignatura se cotiza a 3, 4 ó 5 créditos) a la vez que estoy trabajando, es decir dos o tres semestres. El EP consiste en un examen que son tres exámenes o mejor dicho una oposición con tres partes en la que no compites contra nadie y que si la apruebas ya eres funcionario. La primera parte consiste en dar una clase, en la que te visita un tribunal y después de esa clase te la desmontan, van al cuello y te dicen lo fatal que lo has hecho y tú tienes que defender todo lo que has hecho, y justificarlo relacionándolo con toda la pedagogía que sabes (que sabes un montón porque para eso es tu trabajo). La segunda parte es un examen escrito sobre lengua española, literatura en español y didáctica del español. La tercera parte es un examen oral con los mismos contenidos que el escrito y además teoría de la didáctica, las diferentes competencias que tiene que tener un profesor en los diferentes tipos de escuela, el papel de la escuela en la sociedad y derecho escolar y del funcionariado. El EP además tiene la característica que las partes que suspendas (en el caso de suspender alguna) puedes repetirlas una vez, si vuelves a suspender, puedes hacer las maletas  y volverte a tu casa.

Me he decidido por el EP, pero no del todo, digamos que a un 90%. De todas formas el 12 de abril tengo una reunión en el ministerio, en la que me lo van a explicar todo mejor, supongo que conoceré a parte de la comisión examinadora del EP y me dirán mejor qué tengo que estudiar para ese examen. Eso significa que durante las vacaciones (porque acaban de empezar las dos semanas y media de vacaciones de semana santa) mis libros de lectura van a ser estos.
La colcha verde psicodélica, la favorita de Frau Miau.

jueves, 14 de marzo de 2013

Los sistemas de una lengua

En menos de 24 horas la entrada del método comunicativo se convirtió en la más vista del mes, y cuatro días después es una de las quince más vistas de toda la historia del blog. Supongo que a la gente le interesa cuando escribo de cosas que no son simple divagaciones. Me alegro mucho. Siguiendo la estela de esa entrada hoy continuamos. Para eso hay que responder a la pregunta ¿qué es la gramática? Para responder a esa preguntar hay que explicar los tres sistemas que componen una lengua o idioma.

Por un lado está el sistema gramatical (cómo se relacionan las palabras y sintagmas entre sí), por otro lado está el sistema léxico (el vocabulario) y por último está el sistema fonético (la pronunciación, no sólo los fonemas o sonidos de ese idioma, sino también acento, ritmo y entonación). Este hombre lo explica muchísimo mejor que yo. Además es bético, que eso siempre es bueno.



El sistema gramatical se refiere a  cómo se relacionan y ordenan las diferentes palabras de un idioma (sintaxis), pero también a cómo se forman (morfología); por ejemplo la sintaxis explica por qué la frase "gato el grande es" no es correcta y "el gato es grande" sí; la morfología nos ayuda a comprender el significado de la palabra "ensanchecer", que no existe (la terminación -ecer significa "hacer que algo cambie su estado", el prefijo en- sirve para convertir un sustantivo en verbo y "ancho" todos sabemos lo que significa). Ya sabéis, "un espíritu noble ensanchece al hombre más pequeño".

Respecto al sistema fonológico, hay quien lo llama las letras. Sí y no, pero sobre todo, no. En la mayoría de los idiomas el sistema de escritura está más o menos relacionado con una parte del sistema fonológico (los rasgos suprasegementales, es decir, acento, ritmo y entonación apenas se representan por escrito), pero ni esto ocurre en todos los idiomas (por ejemplo, en chino la escritura no tiene ninguna relación con la pronunciación), ni todos los idiomas tienen un sistema de escritura propio (por ejemplo lenguas indígenas); sin embargo absolutamente todos los idiomas se pronuncian.

A la hora de enseñar un idioma es importante integrar esos tres sistemas, por varias razones. La razón más obvia es que cuando usamos un idioma estamos usando los tres sistemas a la vez. Si en este caso 1 + 1 + 1 no es igual a 1/1/1 ¿por qué hay quien se empeña en enseñar por un lado gramática y por otro vocabulario? No nombro la pronunciación porque en muchos casos (cada vez menos, afortunadamente) no se enseña en absoluto. Otra razón es que el aprendizaje se hace de forma mucho más efectiva porque se aprenden cosas en contexto, no de forma aislada.

Con esto no me refiero a que haya que olvidarse de los tres sistemas y enseñar simplemente a comunicar. Un idioma está formado por estos tres sistemas y para dominar en condiciones el idioma hay que dominar los tres sistemas. Una vez explicados los tres sistemas que forman un idioma, se puede entender un poco mejor lo que pretendo explicar, es decir, cómo (considero yo que) hay que enseñar un idioma.

Para que esta entrada no se quede demasiado larga voy a dejarlo aquí. Pero antes voy a explicar dos ideas fundamentales que desarrollaré en la siguiente entrada sobre este tema. La primera es repetir que la mejor forma de enseñar la gramática y el vocabulario (y la pronunciación) es de una forma integrada, es decir no enseñarlo cada uno por su lado; ¿cómo se puede hacer esto? La respuesta en la próxima entrada. La segunda idea es que, contrariamente a lo que piensan o publicitan los visionarios del método comunicativo, enseñar (o al menos explicar) gramática y vocabulario es útil y absolutamente necesario, porque son las herramientas que vamos a usar para comunicar. El quid de la cuestión está en saber ir un paso más allá y no sólo enseñar gramática y vocabulario, sino también enseñar a usar esas herramientas una vez que los estudiantes las han aprendido.

Si os interesa el tema, os recomiendo que leáis las entradas que Mortiziia le dedica al tema. Si queréis mejorar el idioma por vuestra cuenta os recomiendo: ésta donde sea que viváis y ésta sobre todo si vivís en un país de habla extranjera. Si os interesa la metodología de enseñanza de idiomas, os recomiendo las tres entradas de glosodidáctica: una, dos y tres.

lunes, 11 de marzo de 2013

Yo también

Cortos veo muchos, pero como duren más de veinte minutos, me canso, así que en el sexagésimo noveno día del año vi la tercera película del mismo. Las otras dos ya las comenté por aquí.

El caso es que este fin de semana ha sido increíblemente productivo, he corregido los exámenes de una clase, he preparado los de otras dos, he actualizado el blog, he preparado clases. Hablando de preparar clases. Me veía sin película para la clase 13 este lunes y buscando otra cosa me encontré que tenía en una bolsa metida Yo, también. Creo recordar que me la dio Frau Carbó (o a lo mejor fue Frau Casal, no me acuerdo). Así que me puse a verla, más que nada para ver si se la podía poner a mis alumnos o tenía que inventarme algo para la penúltima clase de español de su vida escolar. Al final se la he puesto y el miércoles acabamos de verla.

Lo mismo os suena porque se llevó bastantes premios Goya. Trata de un hombre con síndrome de Down (Pablo Pineda), que empieza a trabajar en una oficina con una rubia de bote (Lola Dueñas) y se enamora de ella. ¿Qué pasa al final? Si queréis saberlo ved la película.

Sobre todo al principio, hasta que acaba de introducirse la historia, me parece que tiene un ritmo excesivamente lento. Hay un momento en el que van a la playa y a partir de ahí, ya deja de parecer lenta. La historia me ha gustado y el final... bueno, me esperaba dos posibles finales, y no fue ninguno de los dos, así que sí, me ha gustado el final.

Una de las cosas que me han gustado de la película es que sin ser la típica que pondrían en Canal Sur, los personajes no hablan con acento neutro madrileño. A lo mejor es porque últimamente he estado hablando del tema de los acentos y las diferentes formas de expresarse cada uno, pero es algo en lo que me he fijado en la película y que me ha agradado bastante.

Lola Dueñas es una actriz que me gusta mucho, pero tenía la sensación de que siempre hacía el mismo papel de simplona, un poco tontina, vamos, de mujeres a las que les falta un hervor. Seguramente sea porque sólo he visto dos películas suyas: Mar adentro y Volver. El personaje de Rosa (Mar adentro) es que es así, una mujer muy simple y el de Sole (Volver) es el contrapunto al de Raimunda, así que claro, en comparación es mucho más tranquila que el personaje de Penélope Cruz. En Yo, también es un papel totalmente diferente, mucho más vivo, más animado, con más vida interior y la verdad es que me ha encantado. Aunque ese rubio de bote le sienta como un tiro (tiene su significado dentro de la película, pero le sienta como un tiro).

Pablo Pineda es el actor principal y todo el peso de la película recae sobre él y sobre Lola Dueñas. Sería muy cómodo decir "claro, es que tiene síndrome de Down, y como interpreta a uno con síndrome de Down, pues no tiene mérito". Pues mentira cochina. Interpreta una historia y lo hace muy bien, pero no "muy bien para no ser actor", sino "muy bien a pesar de no es ni actor". Vamos que tiene más registros que Till Schweiger o Kristen Stewart. Vale, una mesa tiene más registros que esos dos juntos, así que es mal ejemplo. Simplemente, digamos que hace muy buen papel.

Mi recomendación: vedla. Sin duda alguna.

domingo, 10 de marzo de 2013

María Eugenia D.E.P.

La Curro. En realidad no se llamaba así, obviamente, pero nosotros estábamos en plena adolescencia (y quienes se inventaran el mote unas décadas antes que nosotros, también) y entre la inconsciencia de la edad y el odio/temor a las matemáticas y la física y química la llamábamos así. Nunca delante suya, claro, que éramos jóvenes e inconscientes pero no idiotas (al menos no del todo). En realidad se llamaba María Eugenia. Y como habréis deducido era profesora de ciencias, estudió química en Sevilla, pero a mí sólo me dio clase de matemáticas durante un año. ¡Y menudo año! ¡¡¡¡¡Y menuda clase!!!!! 4° de ESO B del curso 99/00 del Cervantes. Creo que hay profesores que todavía se acuerdan. Una clase llena de mastuerzos, pero no como el resto de clases de 4° de ESO de los sitios normales del resto de promociones, no. En esa clase estaban todos los repetidores de 2° de BUP, estaban todos los que habían escogido la rama para hacer FP en vez de bachillerato al año siguiente y los cuatro inconscientes que habíamos decidido que queríamos ser de letras y dar Cultura Clásica en vez de Biología. Eso pasa por no llamar a las cosas por su nombre, que uno se lía. Pero bueno, que me voy por las ramas. Yo estaba hablando de María Eugenia.

En clase era implacable, inflexible, pero enseñaba como pocos. Fue la primera (y única hasta la fecha) profesora que no anunciaba los exámenes. Y entonces se podía (yo tengo ya avisados exámenes que voy a poner en junio). Era la única forma de mantenernos siempre alerta, de hacernos trabajar cada día. O al menos de intentarlo, porque con algunos de nosotros no había manera. Dábamos en clase todo el por saco posible y un poco más. Nos encantaba reírnos de su acento sevillano después de cuarenta años viviendo en Córdoba e imitarla.

Pero fuera de clase; fuera de clase era todo lo contrario. Era como una abuelilla. Recuerdo una vez, estando ya en la universidad, que estábamos en la Plaza de las Tendillas, sentados en un banco y de repente nos la encontramos. Otro habría dicho simplemente "hola" y habría seguido su camino, como me ha pasado con más profesores. O se habría hecho el loco. Pero ella no era otro. Ella se paró, nos dio dos besos a cada uno, nos preguntó qué estábamos haciendo, nos habló de sus nietos.

Y me acaban de avisar de que se ha muerto. Y me han hecho pensar. Parte del mensaje era "Un buen momento para recordar a quienes han hecho tanto por nosotros y han formado parte de lo que somos, como tú haces ahora con tus niños". Hay profesores que te marcan de tal manera que al final haces la misma carrera que hicieron ellos - durante dos años estuve pensando en hacer Historia por cómo transmitía el profesor que la daba; mi primer profesor de alemán me marcó tanto que en once años no he abandonado el idioma (y si vierais una foto suya de entonces lo mismo os recordaría a alguien, pero eso no es de forma inconsciente). Y hay otros que te marcan de otra forma mucho más profunda. Yo nunca enseñaré matemáticas o física y química, eso está claro; pero el carácter, el carisma de gente como ella, espero trasmitirlo día a día.

sábado, 9 de marzo de 2013

¿Qué es el método comunicativo?

Uno de los métodos más extendidos (en este momento) de la enseñanza de lenguas extranjeras es el método comunicativo. Aquí en Alemania es tan importante que incluso desde este curso los profesores de idiomas (al menos los de español) de Baja Sajonia tenemos prohibido preguntar gramática o vocabulario en los exámenes. Es decir, las típicas preguntas de rellenar huecos, pasar una frase activa a pasiva, elegir entre dos tiempos verbales o mis muy odiados/temidos tests de verbos irregulares de inglés de la ESO y el Bachillerato (EGB, BUP y COU para quienes tengáis uno o más años que yo) están prohibidos. Exagero, podemos preguntarlo en un test, que cuenta una mínima parte de la nota; pero en los dos exámenes que suponen el 100 % de la nota escrita está prohibido preguntarlos.

Pero ¿qué es el método comunicativo? A primera vista parece sencillo: no quedarse simplemente en enseñar gramática (como sinónimo de tiempos verbales), vocabulario (como sinónimo de listas interminables de palabras y su traducción) y pronunciación (que no sé en vuestro caso, pero a mí poca gente me corrigió la pronunciación antes de irme a vivir a EEUU, y los únicos que me corregían eran mis amigos, no mis profesores, y no era precisamente porque no lo necesitara); sino ir un paso más allá y con toda esa gramática, todo ese vocabulario y (en el caso de la comunicación oral) toda esa pronunciación que hemos aprendido ser capaces de comunicar algo. Y ahora viene la pregunta del millón ¿eso cómo se hace?

Sería muy fácil y muy bonito decir "ya no hay que enseñar gramática porque eso no es comunicativo", "fuera las interminables listas de vocabulario, porque eso no es comunicativo", "abajo la transcripción fonética, porque eso no es comunicativo", "no hace falta la corrección lingüística, basta con ser capaces de comunicar". Todo eso es tan fácil de decir y bonito como erróneo. Normalmente intento no ponerme dogmático, en este caso lo siento, pero esto que acabo de decir es una verdad como un templo.

Todos hemos sufrido profesores que explicaban perpetraban "présensímpol, -s de tercera persona", "présencontínius, to be más -ing", te hacían un examen de rellenar huecos y se quedan tan anchos. Pero ¿eso es realmente enseñar idiomas? ¿de qué sirve distinguir entre dos tiempos verbales si luego no los usamos correctamente? ¿es útil y necesario aprender a formar y usar el imperfecto de subjuntivo/third conditional/Kunkunktiv I/Futur antérieur/cualquier-tiempo-poco-usado-en-otro-idioma? ¿de verdad hay que enseñar la gramática? en caso afirmativo ¿cómo?

Hay gente que lo ha explicado de forma muy brillante, con artículos estupendos, en conferencias a las que van los mejores entre los mejores de la enseñanza de idiomas, gente a la que aspiro a parecerme en algún momento futuro (en ese aspecto obviamente) y gente que aunque no haya escrito ningún artículo o dado ninguna conferencia, son tan buenos profesores de idiomas, que hacen que un idioma como el alemán te parezca el idioma más bonito del mundo.

De momento esta entrada me está quedando demasiado larga (y no tiene fotos ni nada), así que una vez introducido el tema, lo dejo hasta la próxima entrada. Pero si os interesa el tema como a mí (no os hacéis una idea de lo tremendamente friki que soy de la enseñanza de idiomas) y no tenéis el inglés muy oxidado os recomiendo la lectura del artículo Grammar is dead! Long live Grammar! de Hugh Dellar. La versión resumida la tenéis aquí y la versión larga (extraída de los comentarios en su facebook) la tenéis aquí en formato pdf.

PD: ¿Os habéis dado cuenta de que esta entrada tiene una etiqueta que no había usado antes? La seguiré usando para el resto de entradas sobre este tema.

viernes, 8 de marzo de 2013

Vaya semanita

Muchas veces me quejo de Alemania, que si el tiempo, que si el "frische Luft" y el "ich brauche meine Ruhe" de los cojones, que si no hay ascensores, en fin, cosas que en realidad no son para tanto. Sin embargo hoy tengo que decir que esta semana que casi termina ha sido bastante buena.

En un principio todo apuntaba a que iba a estar de baja porque Granada me dejó la garganta muy tocada, pero como el lunes la clase 13 hacía un examen, decidí dejar el médico para el día siguiente. Esa misma tarde hablé por Skype con mis sobrinos y A va y me salta "Tito, ¿sabes una cosa? Que tienes el culo rosa". Ya sé que es una tontería, pero de repente volví a tener cinco años, me acordé del chiste de "doctor, doctor, me siento mal", me acordé del sofá que había en el salón de mi casa y en el que me encantaba montarme (sí, montarme, no sentarme), me empecé a reír y sin saber muy bien cómo ya no me dolía la garganta y volví a tener energías para afrontar esta semana.

Además a lo largo de esta semana me han llegado dos libros que he comprado en alemán, uno de ellos para el examen del Goethe de finales de junio. Me he empezado el otro (que me llegó antes) y me está haciendo perder la fe en los escritores alemanes, en serio, parece una película francesa, hablan y hablan y hablan y no pasa nada. Por ejemplo, trece líneas para "se duchó y se puso un café" es pasarse. Pero en fin, espero acabármelo y escribir por aquí lo que me ha parecido (aunque este finde no tengo previsto coger ningún tren, así que a lo mejor tardo un poco más de lo previsto).

Algo estupendísimo que ha pasado esta semana (y que terminó ayer) es que ha hecho un solazo increíble, en serio parecía esto España... o por lo menos primavera. Con deciros que me he salido a la terraza a corregir y me ha cundido, os lo digo todo.

Mirad que sitio más apañado para corregir

Pero eso de que el sol durase más de tres días ya era extraño. Hoy se ha levantado nublado y de hecho, la hora y pico que he estado en el gimnasio no ha prado de llover. Pero da igual, por que hoy es un gran día.

Como los viernes no tengo clase había decidido levantarme a las 9:30, pero han llamado por teléfono a las 8:30, así que aprovechando que ya estaba despierto me he puesto a desayunar y mientras estaba desayunando aprovechando que de tanto que he llamado al ministerio de educación ya me sé el número de memoria, he vuelto a llamarles para preguntar cómo iba lo de mi convalidación del título para Niedersachsen (lo que ya hice en Baden-Württgemeberg, pues lo he vuelto a hacer, pero aquí). Y me ha dicho lo que llevo mes y medio esperando: que ayer mandaron por carta la resolución al Landesschulbehörde (algo así como la Delegación de educación) y que me llegará la carta directamente a la escuela. Si la mandaron ayer yo calculo que habrá llegado hoy al Landesschulbehörde y que el lunes llegará a mi escuela. Yo ya me espero cualquier respuesta desde "En Ba-Wü ya le dijeron que tiene que hacer toda la carrera de hispánicas y nosotros reafirmamos esa respuesta" hasta "Teniendo en cuenta su experiencia, para reconocerle el título de profesor de español sólo tendrá que hacer tres seminarios en la universidad" y todo el abanico de posibilidades que hay entre medias. Que me digan "Le reconocemos todo por los cuatro años que lleva enseñando español" es algo que ni me planteo. Así que estoy a la espera, pero de momento, la primavera ya ha llegado a Niedersachsen.

lunes, 4 de marzo de 2013

Propuestas teutojuveniles para resolver la crisis

Me temo que al final voy a tener que poner a mis alumnos en los agradecimientos por escribirme tantas entradas. La clase 13 (los de las poesías del otro día) han hecho hoy el último examen, pero como no soy tan guay, no les he puesto un examen fácil, de los de "venga, que no quiero suspenda nadie, lo voy a poner tan fácil que hasta quien no sepa hacer la o con un canuto va a aprobar", de hecho ha sido el más desastroso del curso. El examen era un artículo del País semanal de 2003, del que tenían que resumir una parte y proponer soluciones para el problema de la juventud española del que hablaba el artículo, que - como no podía ser de otra forma - es el desempleo, la sobrecualificación, y que cuando hay trabajo es precario y con salarios bajos. ¿Os acordáis de cuando ser joven y mileurista significaba cobrar muy poco?

Ya me imaginaba yo esta mañana en clase leyendo las propuestas para salir de la crisis con las que no ha dado ningún político español desde que se escribió el artículo hace diez años y mandándoselas por correo electrónico y salvando España y volviendo a la patria y hablando con mis sobrinos en persona en lugar de por Skype.
Me equivocaba.
Y no os hacéis un idea de cuantísimo. Desde ya aviso que si algún miembro del gobierno está leyendo esta entrada (algo harto improbable) mejor que se vaya. No vaya a ser que al final le acabe dando las ideas erróneas a la gente equivocada.

Las propuestas de mis alumnos, en el orden en el que las he ido leyendo han sido:

- Emigrar a otro país. Bueno, mejor dicho, emigrar a ALEMANIA. Porque como todo el mundo sabe, el único país del mundo para emigrar es Alemania. Sólo dos me han dicho algún otro país (además de Alemania, claro), en ambos casos EEUU.

- Que el gobierno promulgue leyes que obliguen a las empresas a contratar como mínimo a cierto número de jóvenes al año.

- Subir el precio de los estudios. Ojiplático me he quedado cuando he leído esto. Pero lo justifica (o lo intenta), porque como encima no lo justificase, yo habría dejado de leer. Como uno de los problemas es la sobrecualificación, si se subiera el precio de los estudios, habría menos gente que estudaría, y así habría menos sobrecualificación.

- Aumentar, por ley, el salario de los trabajos que no necesiten altas cualificaciones. Si el salario de trabajos de baja cualificación fuera más alto, la gente no estudiaría porque de todas formas cobraría más.

- Aumentar la edad de escolaridad. porque así, los jóvenes estarían estudiando en lugar de estar en paro.

- Que no se pueda entrar en la universidad después de los 25 años. Lo dicho, así se hace criba y la gente no acaba con mil títulos... porque no tiene tiempo de sacárselos. (Os recuerdo que en Alemania, o al menos en varios Länder, uno no puede hacerse funcionario después de los 45). Se acabó la sobrecualificación.

- Entrenamiento para buscar empleo, hacer entrevistas, de trabajo, etc. En resumen, que te enseñen a ser atractivo para la empresas.

- Hacerse autónomos. Menos mal que después ha dicho que eso entraña muchas dificultades, porque si no ya me veía comprándole el billete de vuelta del país de la piruleta.

- Ésta la cito textualmente: "Finalmente, la solución más desesperada es esperar hasta que la situación mejore y trabajar en condiciones indignas".

- Bajar la edad de jubilación. Porque si los mayores se jubilan, esos puestos de trabajo los ocuparán los jóvenes.

- Trabajar en algo que no esté relacionado con lo que se ha estudiado.

- No especializarse en ningún campo, porque así uno puede buscar trabajo en diferentes campos y tiene más posibilidades de encontrar trabajo.

- La que viene ahora no la he entendido muy bien, porque mis alumnos escriben poesía, pero a la hora de hablar claro lo llevan peor: Que sólo haya becas para quienes sacan buenas notas. Os transcribo lo que ha escrito, a ver si vosotros pensáis otra cosa: "Las empresas no pedemos a pesar todos los jóvenes una beca. Una beca debe especial para muy buena gente que estudiar buena. Los jóvenes necesitan un salario mínimo". La última frase seguramente venga a cuento de que ahora mismo aquí hay un debate sobre si debe existir un salario mínimo o no, porque a día de hoy en Alemania no existe.

- Que cambie la ley. Que cambie el gobierno porque "sin un vuelco hay una juventud sin futuro".

- Mayor apoyo del gobiernos y subvención a las empresas que contraten a jóvenes.

Con algunas estoy de acuerdo, otras me parecen barbaridades, pero la verdadera pregunta es ¿cómo coño corrijo yo ahora este examen?

domingo, 3 de marzo de 2013

Hansel y Gretel - cazadores de brujas

Este viernes fuimos al cine, pero antes estuvimos cenando en un restaurante italiano, con lo que el tiempo se nos echó encima y sólo nos dio tiempo de llegar a la sesión golfa (las once de la noche), así que tampoco había mucho donde elegir, al final fuimos a ver Hänsel y Gretel - Hexenjäger, que en España se llama "Hansel y Gretel - Cazadores de brujas".

La única posibilidad de verla era en 3D (que por cierto es lo que salva a la película), así que compramos las gafas y nos metimos en la sala. Por cierto en Alemania compras las gafas 3D y te las quedas, no hay que devolverlas al final, así que ya me puedo comprar una tele de 3D... cuando tenga un sueldo decente y una casa propia donde meterla.
Am I hipster enough now?
Como todo el mundo sabe, Hansel y Gretel eran dos hermanos a los que su padre abandonó en el bosque, llegaron a la casita de chocolate, donde vivía una bruja que se los quería comer y al final fueron ellos quienes mataron a la bruja y se la comieron, acabando con la hambruna crónica que sufría su familia. Y a partir de ahí empieza la película, en la que los hermanos se convierten en una especie de Buffy cazavampiros, pero cazando a las brujas que atemorizan a los pueblos vecinos en lugar de cazar vampiros. Y contra todo pronóstico, sólo sale es un culamen y se intuye una teta.

Desde luego no va a pasar a los anales de la historia del cine, no tiene una trama profunda ni varias lecturas, pero si te gustan las películas del tipo Cosas que explotan 2, te va a gustar. A mí me encantó, porque en realidad no soy tan modenno como sugiere la foto anterior.

Eso sí, lo de pagar once euros y medio (ONCE PUTOS EUROS Y MEDIO!!!!!!!) por ver una película ya me gustó menos. Lo bueno, que ya tengo gafas en 3D y que no es una película para volver a verla en el cine (léase "volver a gastarse 11 euracos"), eso sí, es una película que en 2D y en una pantalla pequeña pierde muchísimo.

En definitiva, si buscas una película para pasar el rato, despejarte y gastarte una parte del sueldo ve a verla, si te interesa más el cine sueco/coreano que las cosas que explotan (2ª parte), mejor que vayas a la biblioteca y saques un DVD.

sábado, 2 de marzo de 2013

Beim Griechen

Este finde he ido al cine, he celebrado un cumpleaños y me he terminado un libro (que me empecé en Sitges) en ese orden. De la película hablaré mañana, en el cumpleaños me lo he pasado muy bien, pero no da para una entrada, y el libro ha acabado superando las expectativas que tenía.

El 31 de enero me quedaba poco para acabarme "Der Genitiv ist den Streber sein Sex" y veía que no tenía ningún libro en alemán, además estaba en Celle (donde he celebrado el cumpleaños este finde) y de casualidad entramos en una librería (bueno, de casualidad no, entramos porque librería que veo, librería en la que tengo que entrar) y descubrí un libro con mis palabras favoritas en alemán "Mängelexemplar", eso quiere decir que de 8,95 € que cuesta el libro, a mí me costó 3,50 €. Abrí el libro, vi que trataba de un emigrante griego de los años 60 que terminó montando un restaurante, que estaba formado por historias cortas de unas 30 páginas (que al final resultaron ser capítulos, no historias cortas independientes) y de algún modo decidí que tenía que ser de humor, justo como el libro que me estaba terminando. Pocas veces me he alegrado tanto de haberme equivocado. Por cierto, el libro se llama Beim griechen (En el griego), de la editorial Fischer y el autor es Alexandros Stefanidis.

El libro cuenta la historia del padre del autor, un griego que llegó a Alemania como Gastarbeiter, pero que al contrario que muchos otros Gastarbeiter, se preocupó de aprender el idioma desde el principio y por avatares del destino terminó abriendo un restaurante, que estuvo abierto hasta que el hombre cumplió setenta años. Me dí cuenta de que no era un libro de humor en el segundo capítulo, cuando cuenta cómo vivía el hombre con un italiano, un turco y un español en la casa de un ex-combatiente alemán de la segunda guerra mundial.

No sé decir exactamente qué es lo que tiene el libro pero tiene partes que me han emocionado muchísimo, otras con las que me he reído imaginándome las situaciones vividas en el restaurante, me he visto reflejado perfectamente como cualquier persona del sur de Europa viviendo (no siempre conviviendo) en Alemania con alemanes.

También habla de la Alemania de los años sesenta, de cómo los alemanes (unos más que otros) entraron en conflicto consigo mismos cuando se dieron cuenta de lo que hicieron en la guerra, de cómo algunos ni siquiera podían volver la vista atrás de lo avergonzados que estaban.

También habla de parejas que llevan toda una vida juntos y en las que no siempre es todo de color de rosa.
Seit der Morgen mit den Auberginen kennzichnete die Ehe meiner Eltern eine kühle Art der Kommunikation, die - wie ich später gelernt habe - viele Paare praktizieren, die bereits sehr lange zusammen sid. Sie fragen und antworten nicht mehr in der zweiten Person singular, sondern in Hauptsätzen mit schwach konjugierten Verben. Beispiele: "Der Müll muss geleert werden" statt "Leerst du bitte den Müll?" oder: "Jemand muss noch die Gürken schalen" statt "Schälst du sie Gürken?". Es sind diese kleinen vermeintlich, unwichtigen alltäglichen Dinge, die sich mit den Jahren in eine Beziehung einschleichen. Der zärtliche Kuss vor dem Einschlafen, der irgendwann ausfällt. Das Lächeln am Frühstücktisch, das sich irgendwann hinter einer Zeitung verbirgt. (...)Kleine Dingen eben. Anfangs vielleicht noch unbemerkt, unbewusst, entschwinden diese Dinge aus dem Alltag, und der Alltag wird irgendwann zur Routine. Wie die Beziehung selbst.
Por supuesto, el conflicto ¿soy alemán o soy griego? está presente a lo largo de todo el libro y en algunos no me he sentido identificado en absoluto con el autor, pero sí con su padre, y si alguna vez tengo hijos en este país sé que ese conflicto lo llevarán ellos. Habla de cosas universales, como eso que a veces escondemos y que no podemos/queremos/nos atrevemos a compartir con nadie, esas partes de nosotros mismos que no nos gustan o con las que nos cuesta o nos ha costado en algún momento de nuestra vida reconciliarnos.
In Jorgo schlummerte seit Jahren ein Gefühl, das er weder mit mir noch mit Ari, geschweige denn mit meinen Eltern besprechen wollte. Er hatte jahrelang gegen dieses Gefühl angekämpft. Er hatte sich jahrelang vor diesem Gefühl gefürchtet. Manchmal hat er sich dafür auch geschämt. Aber er hat es nie offen angesprochen.
En definitiva, el libro me ha gustado muchísmo, pero no creo que esté traducido al español, sin embargo para aquellos que habléis alemán, os lo recomiendo.

Si queréis echarle un vistazo, podéis leer el primer capítulo en la página de la editorial: http://www.fischerverlage.de/media/fs/308/LP_978-3-596-18758-4.pdf