lunes, 2 de diciembre de 2013

Sequía

Un día largo y regulero (aunque en realidad más largo que regulero). Y encima voy y me encuentro con esta noticia. Se nos va una de las buenas. Recuerdo cómo la conocí en persona, pero no cómo llegué a su blog. Suele pasar, que de repente nos encontramos con un blog sin saber muy bien cómo y nos cautiva. Y si encima resulta que conoces personalmente a la autora (antes de saber que era mortiziia) ya la cosa es de traca.

Pero después de casi tres semanas sin aparecer por aquí en realidad no venía a hablar de eso.

Cuando uno entra en lo que algunos llaman vida adulta todo es novedoso: vivir en el extranjero, trabajar todos los días, cambiar el concepto de "madrugar", ponerte el despertador incluso los días que no trabajas (para aprovechar el día)... y todas esas cositas las cuentas en un blog como si a alguien le interesara que no te gusta levantarte a las seis de la mañana (hasta que deja de no gustarte) o que lo más interesante de tu pequeña ciudad con encanto sea el mercado de los caballos. Y (a menos que seas funcionario o tengas una vida estupenda y maravillosa con un trabajo fijo, una hipoteca, niños, perro y toda la pesca) las novedades se van sucediendo: un trabajo nuevo, quizá una ciudad nueva, empiezas a salir con alguien o se acaba el amor, tienes días mejores y días peores; y esas novedades las cuentas o las insinuas en el blog (o te las callas). Y entonces llega un momento en el que cambias de ciudad, cambias de trabajo, cambian más cosas que cuentas o insinuas en el blog (y otras que ni siquiera insinuas) y te das cuenta de que todos esos cambios no son novedades, sino que forman parte de la vida diaria. Y ya no sabes de qué escribir, porque todo te parece tan obvio que no merece una entrada en el blog. O quizá es que ya no necesitas una vía de escape. O quizá es que se te ha olvidado escribir.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Ripper street

Quedan diez días para el capítulo del 50 aniversario de Doctor Who (but who's counting?), que incluso se proyectará en algunos cines. Entre ellos en el Cinemaxx de Hannover. Yo no voy a verlo porque estaré en Ámsterdam; pero si tenéis cerca un Cinesa (España), un Cinemaxx (Alemania) o casi cualquier cine en el Reino Unido, vosotros sí que podéis ir a verlo. Más información aquí.

Pero hoy no vengo a hablar de eso. Entre que ya casi no me quedan uñas de esperar el nuevo capítulo de Doctor Who, y que no se sabe (o al menos yo no sé) cuándo empezará la nueva temporada de Sherlock, me encontraba yo huérfano de series. Y en esto que la página de la BBC, cuando te pones a visitar la página oficial de alguna de sus series, te recomienda otra series que a lo mejor pueden gustarte para quitarte el mono. Y van y me recomiendan Ripper Street.

Londres victoriano, acento británico, de la BBC y el fantasma de Jack el destripador por ahí pululando. Tardé cerocomadós en engancharme. Lo malo es que por ahora no se emite en España, así que vais a tener que verla en series [PUNTO] ly o seriesyonkis como he hecho yo comprarla en DVD; dentro de lo malo, lo bueno, es que la vais a ver en inglés por cojones riles.

La premisa de la serie: Whitechapel en el siglo XIX, seis meses después de los asesinatos de Jack el destripador. Los protagonistas son policías (más o menos) del East End (donde se encuentra Whitechapel).

Tiene todos los elementos de una serie policiaca: crímenes, policías que los investigan, oscuros secretos de sus protagonistas, dramas familiares y personales que envuelven a los hijos, un jefe de policía que estaría divorciado si entonces se pudiera, los superiores que no dejan a los policías hacer su trabajo... Y también todos los elementos de una serie histórica: inexactitudes. Pero ¿sabéis qué? Me encanta.

Como cada vez que empiezo a ver una serie, tiro de la Wikipedia para satisfacer mi curiosidad (¿cuándo aprenderé a dejarme sorprender?). No lo hagáis, dejaros sorprender.

Resulta curioso (sobre todo en los primeros capítulos) como resaltan cosas que hoy son cotidianas y que, algunas, empezaron en aquella época: la construcción del metro, el telégrafo, tener que ir a buscar a las personas en vez de llamarles, que no haya agua potable en las casas, etc.

Mi recomendación: hay que verla. A mí por lo menos me ha enganchado. Y sólo llevo la primera temporada.

A favor: A pesar de que los capítulos duran casi una hora (tengo la sensación de que hacen las series cada vez más largas), no se hace larga en absoluto. Los episodios mantienen la tensión durante todo el capítulo. No se pierde en absurdeces.

En contra: Están echando ahora mismo la segunda temporada en la BBC. Si sois unos agonías como yo, que me he visto los ocho capítulos e la primera temporada en tres días, no vais a poder hacerlo. Si sois unos frikis de la Historia y no comprendéis que en la ficción, la exactitud histórica no es esencial en absoluto, lo mismo os da un ataque (a ver, no es Wild Wild West, pero tampoco es un documental).

PD: Sí, ya sé que la entrada sobre Black Mirror iba antes, pero acabo de terminar la primera temporada de Ripper Street y me ha pillado en caliente

domingo, 27 de octubre de 2013

Críticas y alabanzas

Cuando estaba en primero de carrera hice una exposición en la clase de Lingüística sobre los silabarios japoneses: el Hiragana y el Katakana. Allí estaba yo, delante de gente que había conocido un par de meses escasos antes y con quienes apenas me unía nada (aquel año sólo había clase lunes, martes y miércoles, así que la mayoría huía a sus pueblos el miércoles por la tarde, no salíamos juntos ni nada, eso vino después) hablando de un tema que en realidad no nos interesaba a ninguno de los presentes, encima de una tarima con más de treinta pares de ojos (que ahora parecen pocos, pero para mi yo de hace once años era un mundo) mirándome y juzgándome (porque, seamos francos, cuando vamos a una clase, un curso, una conferencia o cualquier cosa en la que habla un "experto", empezamos a juzgarle desde el minuto cero).

En japonés, "padre" se dice "chichi"
Cuando terminé mi exposición sobre los silabarios, me ocurrió algo que no me había ocurrido nunca hasta entonces y a lo que no supe reaccionar porque no me lo esperaba de ninguna de las maneras: la gente empezó a aplaudir. O mejor dicho, la gente empezó a aplaudirme. A mí. (Y sé que fue a mí porque a la que hizo antes su exposición no le aplaudieron). En aquella época no reaccionaba mal de todo a las críticas (suelo ser bastante autoctrítico, demasiado), pero sí a la alabanzas (por ejemplo que me aplaudieran).

Hay quien dice que eso (aceptar mejor las críticas negativas que las positivas) le sucede a la gente con complejo de inferioridad. Y algo es seguro. En aquella época lo mío no era complejo de inferioridad, lo mío sobrepasaba cualquier definición posible.

Pero el tiempo pasó, empecé a conocer gente (y mejor a mí mismo), me fui a Berlín, donde conocí a más gente (y mejor a mí mismo); me fui a EEUU, donde conocí aún a más gente (y aún mejor a mí mismo); seguí viajando (mejor dicho emigrando) y conociendo a gente y esa gente iba conociendo nuevas versiones de mí (por decirlo de alguna manera) y yo también. El caso es que cada vez iba a aceptando mejor las críticas positivas. Y cada vez iba habiendo menos críticas negativas.

Hasta que disminuyó la enorme autocrítica que me caracterizaba.

En una serie (diría que fue en True Blood, pero es que no me pega) un personaje dijo una vez que las críticas ("insultos" creo recordar que dijo) que nos molestan son aquellas que sabemos en el fondo que tienen razón. Si alguien dice que tengo la piel azul o tres pares de ojos, me río en su cara porque sé que es mentira. Pero si alguien me dice que en ocasiones soy mezquino, me jode y me cabreo muchísimo... porque soy consciente de que lo he sido, sobre todo con personas a quien quiero muchísimo.

El otro día, una persona que sabe mucho (y que me aprecia bastante) me dijo su opinión sobre un aspecto mío que me dejó K.O. Vamos que lo que más me jodió no fue lo que me dijo, fue que tenía razón.

Esta semana hablando con Lau (los dos rondamos al treintena), los dos decíamos cuantísimo hemos cambiado desde que teníamos 20 años. Y por supuesto a mejor. Ahora tengo más kilos y menos pelo, pero no me cambiaba por mi yo de hace diez años NI DE COÑA. Eso sí, aceptarse uno mismo y aceptar las críticas positivas tiene una desventaja. Y es las críticas negativas realistas joden que no veas.

domingo, 13 de octubre de 2013

Planes y operaciones

Llega un momento en la vida (que suele caer sobre el día quince del mes) en el que uno se plantea que quiere mejorar su vida. No mejorarse a uno mismo mejorando el mundo en plan irse de cooperante/misionero al cuerno de África, sino cosas más sencillitas. Normalmente ese estado de decisión y firmeza absoluta se pasa con la primera cerveza. Pero a veces nos marcamos un objetivo y trazamos un plan y en ocasiones incluso llevamos ese plan a cabo ¡Bien por nosotros! Por eso ahora mismo tengo cuatro frentes abiertos: el Plan Merkel, la Operación UNED, el Plan Renove y la Operación Boda(s).

Operación Boda
En marzo se casaron dos de mis mejores amigos (entre sí, así que me ahorré una boda) y desde prácticamente el verano anterior empecé la primera Operación Boda. La Operación Boda es como la Operación Bikini, pero como a mí no me sienta bien el bikini (por eso de tener paquete y pelos en el pecho) pues mejor pierdo kilos para ponerme un traje e irme de boda. Además este año no tengo una, ni dos ni tres, sino tres bodas; así que la operación boda la voy a amortizar.

Mi objetivo de principios de año de perder cinco kilos lo llevo mal no, lo siguiente.
Este soy yo antes de la Operación Boda...
Vamos que ahora mismo tengo puesta una camiseta que me compré cuando vivía en Estados Unidos y no me queda holgadísima, como debería. Para que os hagáis una idea de cómo estaba cuando vivía allí, sólo os diré que cuando volví a España mi abuela me dijo estaba gordo y que tenía que perder peso. ¿Habéis oído alguna vez a una abuela decir que su nieto está gordo y que tiene que perder peso?

...y este voy a ser yo después de la Operación Boda

Plan Merkel
El otro me metí en mi cuenta del banco para ver si me habían subido el sueldo (sí, hago esas cosas) y me dio por mirar cuánto me he gastado en el mes de septiembre. Y descubrí horrorizado que cada vez me parezco más a la Junta de Andalucía, el Gobierno de España y la República de Weimar. En contra de todos mis principios he gastado más de lo que ingresé. Que tampoco es un drama porque en estos últimos 36 meses todos los meses he ahorrado, así que no he entrado en números rojos.

De todas formas he decidido seguir la senda marcada por Angela (aunque un vecino mío se empeñe llamarla Margaret Tatcher) y empezar a reducir gastos de forma drástica. Lamentándolo mucho voy a tener que eliminar reducir los mojitos de los jueves, los cócteles de los viernes y las BUM de la sede (además de mi bolsillo, lo mismo mi hígado también lo agradece).

Operación UNED
Como ya anuncié en algún momento por aquí, solicité la convalidación en el ministerio para poder quedarme enseñando en Baja Sajonia. El reconocimiento como profesor de inglés fue automático, pero para poder trabajar de profesor de español una vez que se termine el programa de profesores visitantes tengo que hacer algunos créditos de hispánicas y como puedo hacerlos en la UNED pues ya me he matriculado y he empezado a estudiar.

¿Sabíais que Unamuno aprendió danés para leer a Ibsen y Kierkegaard? Hay que ver lo que aprende uno cuando se pone a estudiar hispánicas.

Plan Renove
Pues nada, que hay que cambiar las sábanas más a menudo. Y hasta aquí puedo leer.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Doctor Who

Llevo queriendo escribir esta entrada casi desde antes de ver Torchwood. Y por fin hoy he terminado de ver Doctor Who y puedo afirmar que es una de las mejores series que he visto. No es buena como "A dos metros bajo tierra" o supongo que "Los Soprano" o "Breaking Bad" (y digo lo de "supongo" porque todavía no he visto ninguna de estas dos últimas. Lo sé, "vergüenza de mis hijos" por no haberlas visto). Es buena como para llevar en antena desde 1963 (con un parón de 16 años, vale, pero aún así son 34 años emitiéndose) y no desgastarse. Vamos, que Doctor Who son palabras mayores.

Para quienes no sepáis de qué va, lo que recomiendo es que hagáis como yo y la veáis en streaming sin pagar ni un duro la busquéis y la compréis porque merece la pena. pero si aún así no os he convencido, os cuento un poco de qué va. El protagonista, llamado simplemente Doctor, viaja a través del tiempo y el espacio en una nave con forma de cabina azul que se llama Tardis (Doctor Who es tan importante en la cultura británica que incluso la palabra Tardis existe en el Diccionario Oxford, si no me crees, pincha aquí). Normalmente va acompañado, y su acompañante es tan importante en la serie (y para los fans) como el mismo Doctor. Después de 239 historias repartidas en casi 800 episodios es difícil decir más cosas sin entrar en demasiados detalles de historias concretas.

En realidad no he visto toda la serie, sólo los episodios después del parón, los del siglo XXI. No digo que me guste, no digo que sea buena, pero una vez (menos mal que al día siguiente no trabajaba) fui enlazando un episodio con el siguiente y me dieron las seis de la mañana. Y no porque la serie enlace un episodio con otro y cree tanta tensión que te pique y tengas que ver el siguiente, son episodios independientes (los del siglo XX no lo eran), sino porque me gusta tanto la serie que no podía dejar de verla.

Para que en 50 años se mantenga un protagonista y la serie no decaiga tiene que haber un truco y es que cuando está apunto de morir, el Doctor se regenera y cambia su cuerpo, por eso a  lo largo de toda la historia de la serie ha habido once doctores (y 49 acompañantes). En los episodios de esta época ha habido tres doctores y siete acompañantes principales.
En Reino Unido hicieron una serie de sellos con todos los Doctores hasta la fecha
De los tres doctores, a mí que más me ha gustado ha sido el décimo (y sus historias) (David Tennant), que para muchos de los fans de la serie moderna es EL DOCTOR. Y es raro, porque aunque el primer episodio de Doctor Who que vi fue con él, cuando me puse a ver la serie en orden y apreció, no acababa de convencerme. La acompañante que más me ha gustado (y en esto sé que coincido con poca gente) ha sido Donna Noble, lo más choni de la serie, pero que al final resulta que era mucho más de lo que aparentaba.

Y ahora tengo que esperar a que llegue el 23 de noviembre para el próximo episodio. Menos mal que es un especial y mientras tanto me puedo entretener con vídeos no relacionados del youtube.

martes, 8 de octubre de 2013

1 por cada 10

A primeros de año me planteé escribir dos o tres entradas semanales y no lo llevaba demasiado mal, pero entonces llegó el verano, y cuando acabó el verano llegó la Limmerstraße. Además, el propósito de perder cinco kilos también lo llevo más bien regular; si el propósito fuera ganarlos ya lo habría cumplido. Lo dicho, que la Limmer se cruzó en mi camino.

Pero ahora estoy en Córdoba, en casa de mis padres, dos semanas, y aunque están mis cuatro sobrinos que me dan la vida (la semana pasada conocí por fin a la más peque de los cuatro) y me he vuelto a matricular en la Universidad (en la UNED), no es eso de lo que voy a hablar. Aquí hay una limpiadora/portera y unos vecinos que me dan para escribir tres entradas cada día (y algunos vecinos que incluso me hacen plantearme mi rechazo a la violencia). Pero tampoco vengo a hablar de eso. Dicen que cuando un tonto coge un camino, el camino se acaba y el tonto sigue. Murcia no va a convocar oposiciones de Secundaria este curso (por segunda vez consecutiva) (la noticia aquí).

Para quien no lo sepa, todos los años hay oposiciones de educación, pero - excepto en las Comunidades con idioma propio - los años impares son de Primaria y los años pares son de Secundaria, Formación Profesional y Régimen Especial (Escuelas de Idiomas, Conservatorio, etc.). En 2012 la convocatoria de oposiciones fue de risa (en los pocos sitios donde hubo) y en 2014 ya anuncian que en Murcia no habrá (estoy seguro de que antes de Navidad más Comunidades harán anuncios similares).

Cada vez veo más claro un futuro muy oscuro para la educación en España. Mientras por cada diez docentes que se jubilan sólo se puede contratar a uno, las distintas administraciones contratan a dedo a cada vez más chupatintas ineptos (porque si al menos fueran eficaces no me indignaría tanto).

Me jode mucho. No ya por mí, que he rechazado tres ofertas de colegios privados/concertados para venirme a España en algo más de dos meses (dos de ellas cuando ya tenía una razón menos para quedarme), sino por quienes os quedáis y aún no me leéis. Por mis cuatro sobrinos que estarán en aulas cada vez más superpobladas y por España, que tiene unos gobernantes desde el Presidente del Gobierno hasta el último concejal de un pueblo con 14 habitantes perdido en las montañas que se merecen vivir una temporadita con mis vecinos del 5º A, quizá no aprendan a gobernar, pero iban a sufrir un rato, que es lo único que se merecen.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Razones para no escribir

Hay dos razones por las que me puedo tirar mucho tiempo sin escribir en el blog. Una es que no haya conexión a internet. La otra es que ocurran tantas cosas fuera de internet que se me olvide o que apenas pueda encontrar tiempo para hacerlo. Quizá esta casa no tenga la mejor conexión del mundo (de hecho tengo Putafone Vodafone, como en Baden-Württmeberg, pero de ahí a decir que no tengo internet hay un gran trecho. Así que la razón es, ni más ni menos, que ha habido muchos (quizá demasiados cambios) en estas tres semanas (me parece increíble que sólo hayan pasado tres semanas).

Para empezar, Kitaun (mi hermana rubia y tetona, que en realidad ni es hermana mía, ni es rubia ni es tetona) se volvió a España. Encontró un trabajo en Madrid y el hecho de no tener que levantarse cada día antes de las seis de la mañana (se puede levantar casi a las ocho, la tía), no tener que aguantar al petarda de su mentora, no aguantar el invierno alemán, tener a su novio a solamente un viaje en autobús y vivir en el centro de Madrid pudo más que la Monatskarte que nos íbamos a sacar en el bar de abajo de su casa y que Lau y su hermano enano y sin nariz nos viniéramos a vivir a la Limemrstraße. Y lo peor de todo es que al final no grabamos el Celebrities de los hermanos Lannister.

Como habéis deducido del párrafo anterior, Lau se vino a vivir a Hannover. Y montamos una mudanza que aquello pareció una boda gitana, una semana mudándola. Pero ya se ha quedado el dormitorio chulísimo. Y lo que también es chulísimo es que los jueves es Cocktailtag al lado de nuestra casa. Y esta noche hacemos la cena de inauguración suya y mía.

En un mes que llevo en Hannover ya he salido más que en todo un año en Osnabrück. Pero no salir por la noche a darlo todo, sino de salir a tomarme algo por la tarde y volver a casa a una hora a la que estoy seguro que mis sobrinos todavía no se han acostado. Que vosotros diréis "pues vaya tontería, yo también hago eso". Ya, pero yo llevaba mucho tiempo sin hacerlo durante el curso.

Además le voy cogiendo el truco al colegio, a los compañeros y a los alumnos. Y me he dado cuenta de algo que ya sabía. No es lo mismo secundaria que bachillerato. Estos tres últimos años (sobre todo el año pasado) he vivido en la pompa, en el mundo de la piruleta con alumnos de más de 16 años, que a lo mejor no tenían mucho interés en aprender español, pero no eran niñines a los que sentados en la silla apenas les llegaban los pies al suelo y a los que tenías que decirles treinta veces "saca el cuaderno, abre el cuaderno, coge el bolígrafo, escribe... pero ¡niño! quítale el capuchón al boli". Además, me vino a ver la directora y me dijo cosas que me encumbraron y cosas que me hundieron.

Y ya en el terreno más personal, me conozco un poco más y supongo que he crecido. He tenido conversaciones que no quería tener, pero que eran necesarias. Pasaron 334 días desde que fui por primera vez a Celle y después ha pasado una semana más. Y bueno, en estas tres semanas sin escribir en el blog han cambiado muchas cosas y otras se mantienen iguales. Y ahora dejo de enrollarme, que si hay algo que no cambia es que para hacer un pan relleno hace falta bastante tiempo.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Nuria

Mi madre era maestra, ya está jubilada. Es de Montilla, es decir, nació y se crió en Montilla. Pero siendo bastante joven (más o menos tan joven como cuando yo me fui a Berlín) se fue a trabajar a la primera escuela que le dieron, en la Aldea el Poleo. Según Google Maps, la Aldea el Poleo está a unos 70 kilómetros de Montilla. Estando a 70 kilómetros volvió a su casa solamente en Navidad y en Semana santa.

Yo ahora vivo en Hannover, trabajo en Peine (a unos 45 kilómetros de mi casa) y voy y vengo cada día, y si trabajara a 70 kilómetros seguramente también haría el camino de ida y vuelta cada día. Entre mi casa de Hannover y la de Córdoba hay unos 2500 kilómetros. Iré en octubre, iré en navidad e iré en Semana Santa (que tengo un par de semanas de vacaciones cada vez) e incluso entre mayo y junio que tengo tres puentes de cinco días me estoy replanteando ir. Es más mientras estoy escribiendo esta entrada, me acabo de comprar el vuelo de octubre.

Hoy día no existen las distancias tal y como se concebían hace algunos años y eso es algo que me encanta. Ayer nació mi cuarta sobrina y en menos de 24 horas el whatsapp está que echa humo, ya tengo más fotos de ella y de los otros tres micos de las que podía imaginarme hace un año. Si estando tan lejos no les tuviera tan cerca posiblemente no estaría aquí y lo que sí es seguro es que no estaría tan bien como estoy ahora mismo.

No existen las distancias, pero ojalá el U 10 no acabase en Ahlem, sino que fuera un poquito más lejos y llegase hasta el Paseo de la Victoria

lunes, 19 de agosto de 2013

Limmerstraße

Llevo ya dos semanas en Hannover y me ha dado tiempo de muchas cosas. De montar muebles, de ordenar mi dormitorio (aunque no del todo), de volver a desordenarlo y de no terminar de montarlo. Por cosas como esas, ayer pude echar una foto como la siguiente desde mi cama.
Si despes de dos semanas sigue así, imaginad como estaba el primer día
Pero lo más importante no es como tengo el dormitorio, sino cómo ha cambiado la rutina diaria. Por lo pronto llevo dos semanas sin coger la bici. Y es que no trabajo donde vivo, sino que tengo que coger el tranvía para ir a la estación y allí coger el tren. Pero ése es el aspecto negativo, el aspecto positivo es donde vivo. Ya os comenté cuantísimo me gusta este barrio. Me recuerda bastante a la idea que yo recordaba de Berlín (en concreto de Prenzlauerberg y Friedrichshain), la calle principal es peatonal y el resto de calles tiene muy poco tráfico (aunque a veces cuesta encontrar aparcamiento), hay muchísima vida, las calles están llenas de gente de todas las edades y sobre todo hay gente joven con niños pequeños, pero también se ven bastantes mayores. Aparte de los tres supermercados, el resto de tiendas son pequeños comercios y junto a mi casa además de una librería de segunda mano está la tienda con el horario que todo trabajador soñaría.

De lunes a miércoles está cerrado (y no molestéis), los jueves y los viernes echa media tarde y los sábados media mañana. Por los domingos mejor preguntéis que hay que santificar las fiestas.
A pesar de todo es agosto, así que he pasado bastante tiempo en la calle, ayudando a hacer mudanzas, y sobre todo en el bar de abajo de casa de Kitaun (donde íbamos a sacarnos una tarifa plana de consumiciones, pero al final no ha podido ser) con Nutria y Ana, tomándonos unas BUM y comentando el ganado que pasaba. (Inciso: yo no sé qué le echaran al agua en este barrio, pero tanto monumento andante por metro cuadrado no es normal).
También he quedado bastante con Mire y mi futura compi de piso, y por supuesto con Carabanchelero, Dave y Tudelaner. Con todos ellos celebramos Kitaun y yo nuestro cumpleaños anteayer.
Una foto que resume bastante bien el espíritu de la Limmerstraße (no mi calle, pero sí la más importante de esta zona y que le da nombre a esta parte de la ciudad) es ésta.
A falta de Afrikola, buena es una Fritz-kola (direkt aus Hamburg). 
Si al principio de la entrada os mostraba lo que había a los pies de la cama, ahora os enseño cómo estaba ayer el escritorio. Menos mal que ya he ordenado un poco.
Entro a mi cuarto y veo esto ¿de verdad os extraña que prefiera bajarme a por una BUM?

martes, 6 de agosto de 2013

Cumpleaños feliz

En el 98 fue la primera vez que no estuve en casa para mi cumpleaños. Mi tía decidió regalarnos (no por mi cumpleaños, no os flipéis) un viaje a todos los sobrinos y nos llevó a los siete sobrinos que tiene y a dos amigas suyas a Mallorca, así que el 4 de agosto compramos dos ensaimadas, nos cogimos un autobús, un barco y un tranvía (el primer tranvía que cogí en mi vida, el día que cumplía 14 años ¡que emoción!) y nos fuimos a una playa muy paradisíaca (y muy llena de piedras). Mi hermana cogió la caja de cartón de un carrete de fotos y lo rompió dándole forma de un 1 y de un 4, los pinchamos en la ensaimada, los encendimos y eso fueron las velas. No estuve en Córdoba, pero estaba parte de mi familia.

El año que cumplí 18 años fue el verano más largo de mi vida. Acabé Selectividad en junio, pero la universidad no empezó hasta octubre, así que fueron más de tres meses de vacaciones de verdad, nunca he tenido algo así. Ese año me fui con seis amigos y mi padre a hacer el Camino de Santiago, empezamos a andar en Ponferrada el 4 de agosto, así que ese cumpleaños tampoco lo pasé en casa. No estuve en Córdoba, pero estaban mis amigos y mi padre.

Anteayer cumplí 29 años y, aparte de los cuatro kilos que me traigo de España escondidos entre las lorzas, no he tenido ningún nexo de unión con mi casa. Es más, ha sido lo menos parecido a un cumpleaños que se puede echar uno a la cara. Justo antes de irme a España a principios de julio, lo dejé todo bien empaquetadito. Así que cuando llegué el sábado a Osnabrück mi cuarto no parecía mi cuarto, sino un campo de batalla. Por la tarde vino Carabanchelero, se quedó a dormir en mi casa, el domingo nos levantamos, fuimos a por una furgoneta, volvimos a mi casa, desmontamos la cama con ayuda de mi compañero de piso (ya ex-compañero), lo metimos todo en la furgoneta y pusimos rumbo a Hannover. Esto que me he ventilado en una frase nos llevó toda la mañana... y sudor, mucho sudor (de hecho, dudo que esos cuatro kilos que vinieron de polizones, sigan ahí). Cuando llegamos a Hannover estaba esperándonos Dave, comimos los tres juntos y con ayuda de J (mi nuevo compañero de piso) subimos las cosas, las dejamos como buenamente cupieron en el dormitorio y fuimos a devolver la furgoneta. Lo de devolver la furgoneta fue un alivio porque tanto tiempo sin conducir ha hecho que cambie de marcha con la suavidad del papel de lija en un culo con almorranas. Después volvimos a mi nuevo barrio, nos quedamos tomándonos algo en un bar, se nos unió J y cuando Dave y Carabanchelero se fueron a su casa y yo me compré mi billete mensual de tren, los tres del piso (además de J, también vive D, su hermana) nos fuimos a un concierto gratis en el parque de aquí al lado. Y después del concierto, medio muerto de cansancio hice sitio en el suelo, tiré el colchón y dormí como pude algo más de cuatro horas.

Ayer me levanté a las 05:30, me fui al nuevo cole, tuve el primer claustro, me dieron el horario y me volví a casa, a montar la cama y la estantería (mis únicos muebles por ahora) y a ordenar un poco el cuarto, que estaba manga por hombro. Me encanta mi nuevo piso, adoro este barrio, el cole me gusta (el horario no tanto, aunque es verdad que los he tenido muchísimo peores), pero si hay una cosa que odio en este mundo es mudarme (a pesar del carrerón de mudanza por año que llevo desde 2005).

Año nuevo, piso nuevo, vida nueva.

jueves, 25 de julio de 2013

Brevemente

En realidad no tengo mucho que contar. Pero mi cumpleaños es la semana que viene y ya han caído los dos primeros regalitos. Un pulsómetro para ir a correr y este móvil desde el que os escribo (por eso la entrada es tan corta).
A ver si adivinais donde estoy ahora mismo ;)

viernes, 12 de julio de 2013

Viajes estivales

Tengo entradas atrasadas, quiero escribir del cómic "Arrugas", de la peli "Te quiero Philipp Morris" y de Dr. Who (que la retomaré en mi nueva casa de Hannover). Pero más que eso, quiero escribir de las vacaciones, que ya llevo unas dos semanas y he hecho de todo menos tumbarme a la bartola a rascarme la barriga. Bueno, vale, sí, eso también lo he hecho, pero no ha sido lo único.

Empecé las vacaciones en Bruselas. No es que sea superfan del Atomium ni de las instituciones de la Unión Europea. Ya estuve allí hace cinco años, vi la Grand Place, el Maneken Pis y todo lo demás que hay que ver (que la verdad, creo que no es mucho), pero esta vez no iba a Bruselas, iba a ver a mi amiga Despojix, que da la casualidad de que vive en Bruselas, así que allí que me planté. Nada más salir de la estación me enseñó una estatua de Don Quijote y Sancho Panza, nos compramos unas patatas fritas, me enseñó de refilón la Grand Place y eso fue todo el turismo que hice. Después hicimos a lo que yo iba de verdad a Bruselas: llegamos a su casa y abrimos la primera de una larga serie de Duvels.
El demonio vive en Bélgica... y ¡está tan rico!
En resumen, de Bruselas he visto el sofá de Despojix y Gabino, la casa de una compañera suya de trabajo que nos invitó a cenar y unos cuantos bares de su barrio. Nos mojamos, por dentro y por fuera, nos reímos como hacía tiempo que no me reía, compré cositas para regalar, cené con gente a la que acaba de conocer y pensé "si esta gente no sabe dónde he estado yo esta tarde y seguramente ni se lo imaginan, a saber qué hacen ellos en su vida privada" y de repente, me imaginé a esos profesores de universidad y abogados de marcha y me lo pasé bastante bien. Fueron sólo dos noches, pero aparte de la cena con los compañeros de Despojix lo único que hice fue beber o tener resaca.

Después de eso, me volví a Osna, acabé de hacer cajas y al día siguiente cogí un avión a Málaga. Los planes eran estar una semana con mis padres en su piso de la playa. Pero los planes están para romperlos. Cuando en abril me dijeron "Gracias por participar, pero no tenemos dinero para pagarte" y finalmente entendí que lo que querían decir no era "no pasa nada, te hemos buscado otra escuela" sino "chaval, búscate las habichuelas porque estamos en números rojos, igual que todos nuestros amigos" me puse a mandar curriculums a España sin mucho éxito, la verdad. Y allí estaba yo en la playa, tostándome al sol del Rincón de la Victoria, sin pensar mucho en abril porque me he venido a España ya con nueva escuela, nuevo piso y nueva ciudad, cuando me llamaron de un colegio de Madrid para ir a hacer una entrevista. La verdad es que interés lo que se dice interés no tenía mucho, pero al menos así me partía la semana y era la excusa perfecta para coger un tren (que llevaba ya dos días sin coger ninguno y tenía mono), hacer una entrevista de trabajo en España (mi primera entrevista de trabajo para un curro en España) y visitar al capital del reino. En resumen, la entrevista no dio sus frutos (lo cual me deja más bien frío) y estuve una noche de fiesta con Carabanchelero sin esperármelo (algo bueno tenía que tener).

Y por ahora, así pasa el verano, sin más pena que gloria, traduciendo para el máster de traducción que estoy haciendo y que estoy a punto de acabar y en el campo, huyendo del calor como puedo, y jugando con mis sobrinos mientras los tengo cerca. Eso sí, ahora que ya no tengo que traducir más, a ver si puedo leer todo lo que quiero o al menos los dos libros que me he traído de Alemania para estas semanillas. Que ya sé que dos libros son una miseria, pero los tengo enquistados y quiero ver si me los acabo de una vez.

miércoles, 26 de junio de 2013

21 de junio

Más de una semana sin escribir, pero ¡menuda semanita!

Resumiendo mucho muchísimo. En abril me dijeron en mi escuela que no podían seguir pagándome el curso que viene, así que me puse a buscar otro trabajo (pero sin mucha prisa, todo sea dicho), es más, en agosto se me acaba el contrato del piso y me preocupé más de buscar un piso en Osnabrück que de buscar trabajo... pero al final no me sirvió de nada. Como ya dije insinué por aquí, el año que viene me voy a trabajar a Pe(i)ne (enlace con dedicatoria ;-) ); pero no sólo eso, sino que además la semana pasada encontré piso en Hannover. Un piso perfecto, de cuatro personas, todos profesores o estudiantes de Lehramt (carrera para ser profesor), con salón (que eso en Alemania es raro), en la Limmerstraße a dos minutos andando de Kitaun. La Limmerstraße es una calle que no parece Alemania; me recuerda al Berlín de mi Eramsus (no al Berlín que he visto cuando he vuelto) y al Bolkerstraße de Düsseldorf, conocida como "la barra de bar más larga del mundo", es una calle en la que hay una iglesia, un banco y todo lo demás son bares y restaurantes y las calles adyacentes son tres cuartos de lo mismo.

Pero no contento con eso, el sábado hice el examen del C2 de alemán. Lo hice, eso no significa que lo aprobara. Por norma general soy bastante pesimista cuando hago un examen. Cuando hice el examen de fonética en la carrera estaba seguro de que lo había suspendido; al final me pusieron una matrícula de honor. Cuando me presenté por última vez a unas oposiciones estaba seguro de que las había suspendido; al final tuve toda la razón del mundo. A veces se gana y a veces se pierde. El C2 es un examen muy difícil, es un nivel "soy un examen tan difícil que algunos nativos no sacan un 100% de aciertos, soy un examen tan chungo que rapeo". Los resultados me los mandarán a casa (aquí a Osnabrück) sobre la tercera semana de julio, pero estaré en España, así que ya me enteraré cuando vuelva. Y después del examen me fui a casa de Lau a tomarnos una paella y a despedirnos.
Si fuera una persona, el C2 sería una negra chunga del Bronx
He dicho varias veces por aquí que no me gustan los fines de curso. Pero esta vez ni siquiera me he enterado. Lo comentaba con Ann-Christin (mi compañera de departamento) el martes, que ya había dado mi última clase de todo el curso y tenía la sensación de una semana normal y corriente, de que llegaba un viernes como otro cualquiera y que después del fin de semana volveríamos con la rutina, a lo mejor ha sido porque estas últimas semanas han sido de todo menos normales. Pero entonces llegó la despedida de una de las jefas de estudios, la despedida de todos los que nos vamos (con regalo de mis compañeros incluido), el emocionarse, el pensar "ya no voy a volver a entrar nunca más en esta sala de profesores a las siete y media de la mañana", los abrazos y los "vuelve por aquí a visitarnos". Y me dí cuenta de que era de verdad. Pero tenía que seguir corriendo, sin parar, para Hannover, a dormir allí, en casa de Kitaun, a despedirme de ella (que mira que es sólo mes y medio, pero parece que nos vamos a la guerra) y corriendo a mi nuevo cole, al último claustro del año a que nos presenten a los nuevos. De allí a Braunschweig, a despedirme de más gente y de allí de vuelta a Osnabrück, a seguir corriendo, a comprarme un billete de tren y mañana a Bruselas a ver a Despojix. Lo bueno del billete de tren es que no he pagado dinero, lo malo es que han sido 3000 puntos de la BahnCard, lo peor es que para conseguir esos 3000 puntos me he gastado casi tantos euros en trenes, vamos que le he pagado el máster en una universidad privada americana internacional a todos los hijos de los dueños de la Deutsche Bahn. Pero ¿sabéis que os digo? Que me quiten lo bailao.

Por cierto si hoy es un falso 21 de junio, lo mismo este blog seguramente estará un poco inactivo hasta el falso 15 de septiembre. Eso sí, el falso 15 de septiembre será el 8 de agosto, así que tampoco es un gran drama.

Schöne Ferien!

domingo, 16 de junio de 2013

Finde movidito

Otra semana que apenas escribo, pero esta vez tengo una buena excusa: no he podido. No, no estaba demasiado ocupado desgastándome el escroto de tanto rascármelo, estaba ocupado de verdad. El miércoles y el jueves estuve en la última Fortbildung (curso de profesores) de este año y como era en Hannover, me fui el martes para allá para cenar con la gente, dormir allí y no tener que madrugar tanto el miércoles.

Como bien sabéis, en mi cole no hay dinero para pagarme el curso que viene, pero lo que no sabíais es que una chica del programa se tiene que ir y a lo mejor me quedo yo con su puesto. Esta semana mi director ha terminado de llamar a todos los directores de Osnabrück y, o bien no necesitan ningún profesor de español para el año que viene, o bien no tienen dinero (igual que mi escuela). Así que el viernes llamó a la directora de esta chica que se va, ella le dijo que yo la llamara y el miércoles me voy a conocerla, a poner mi cara de niño bueno y de joven docente responsable y profesional con la barba arreglada y esperar que me diga "Herr Afra, wir wollen Sie als Lehrkraft in unserer Schule für nächstes Jahr". Y no, no me voy a afeitar porque sin barba parezco un niñato, que cuando estuvieron aquí los del intercambio la semana pasada me dieron un alegrón como pocos, me echaron algunos años de más. En Alemania en general no gustan los profesores jóvenes, porque eso es indicio de que tienen poca experiencia. Y esta directora en particular busca gente con experiencia.

Pero eso de que mi director me llamara y yo llamara a la que con un poco de suerte será mi directora a partir de agosto ocurrió todo antes de las 10:30 de la mañana del viernes. Después de llamarla terminé de hacer las medias de casi todas mis clases excepto una (porque todavía tenía que terminar de corregir el último examen) y me fui al colegio a meterlas en el cuaderno, con la idea de meter la otra clase el lunes. Camino del colegio se me pinchó una rueda de la bici, pero no sabía si sólo se había desinflado o estaba pinchada del todo, así que me bajé, terminé andando el camino y cuando llegué al colegio puse las notas, pregunté si alguien tenía una bomba y justo antes de salir del colegio me encontré con la tutora de la clase que no tenía las notas puestas y me preguntó por las notas. Así que me tocó volver a correr. A casa de Uschi a inflar la rueda, corriendo a mi casa mientras comprobaba que la rueda no estaba floja, sino pinchada, volver a inflar la rueda por el camino para llegar a mi casa lo mejor posible, terminar de corregir, hacer todas las medias, decidir quiénes de los alumnos suspensos eran dignos de mi magnificencia magnanimidad y llamar al colegio para pillar a la tutora y decirle quienes suspenden y quienes aprueban. A las tres de la tarde de un lunes (y más en la sala de profesores de mi colegio) cogió el teléfono Pirri (o Rita que igual me vale). Le escribí un correo para decirle las dos que suspenden. Bueno, como suspender han suspendido más, pero (menos a esas dos) yo las he aprobado (otro día hablaré de "la de historia me ha cateado/he suspendido a tres alumnos").

El viernes por la tarde lo único que hice fue escribir al piso que ya tenía aquí en Osna para el curso que viene para decirle que esos 31 m² de habitación tendrán que ser para otro y a chorrocientos mil pisos en Hannover para decirles que quiero ser su Mitbewohner a partir de agosto.

Y el sábado por la mañana mi intención era sacar la rueda, quitar la cubierta, cambiar la cámara y volver a poner la rueda. Carmen de Mairena es la reina del barrio chino (de Barcelona), y mi bici, llamada Mairena está hecha en China  ¿coincidencia? Totalmente. Pero para muestra (de que está hecha) China un tornillo botón.

Un Medio tornillo
Apreté tanto un tornillo que me quedé con él en la mano, como si a la reina del Rabal se le hubiera caído un pezón. Pero mejor empezamos por el principio.

Puse la bici boca abajo, desatornillé la rueda de su eje, la saqué, le quité la cubierta (no sin esfuerzo), saqué la cámara, volví a guardarlo todo (menos la cámara) en el cobertizo de bicis (me siento muy gringo escribiendo la palabra "cobertizo") y me llevé la cámara a la tienda de bicis para comprar una igual (primer viaje). Las medidas de la cámara son 26x1*3/8 y además la válvula es de las finitas, más o menos así.

Sí, la cámara la hizo la cazadora de cartas
Bueno, el caso es que en la tienda me dijeron que no tenían de esas cámaras, que a lo mejor alguna era compatible, que mirase lo que ponía en la cubierta, así que allá que me fui a mi casa a ver qué ponía (segundo viaje). Como en la cubierta ponía lo mismo, decidí que no quería dar un tercer viaje, así que me la llevé a la tienda. Una vez allí estuvieron mirando, vieron que no tenían ese tipo de cámara con esa válvula, así que tenían que pedirla. Pero eso significa que me iba a quedar sin bici por lo menos hasta el jueves. Así que decidí llevarles la llanta para ver si la cámara que tenían con una válvula más gorda sí cabía en mi llanta (tercer viaje, muy a mi pesar). Evidentemente no cabía (eso habría sido demasiado sencillo), así que como necesito la bici cada día, al final abrieron un poco el agujero de la llanta para que pasara la otra válvula y me la llevé para meter la rueda en la bici.

Cuando saqué la rueda no tenía aire, así que salió sin ningún problema, pero ahora estaba hinchada, así que no pasaba por los frenos. ¿Vosotros sabéis soltar un freno en V? Pues yo no sabía. Así que desajusté un tornillo que no debía (el que veis en la foto de arriba), metí la rueda, lo volví a apretar (que es lo que me más me costó de todo el fin de semana) y lo apreté tanto que lo rompí. Lo bueno es que lo que se ha quedado dentro de la bici es lo que tiene que une el freno al cuadro, así que en principio no habrá mucho problema.

Y todo este rollo para deciros que con suerte me tengo que mudar a Hannover. Si alguna vez me pierdo, buscadme cerca de Úbeda, que estaré en algún cerro.

lunes, 10 de junio de 2013

Intercambio (y van...)

Más de una semana sin actualizar. Pero tranquilos, que no me han abducido los extraterrestres, ni me he metido en una secta que prohíba escribir un blog. Sólo estaba de parranda. Una de las cosas que más me gustan de mi trabajo (y de mi trabajo me gusta mucho casi todo) es la posibilidad de hacer intercambios con colegios e institutos de España. Este curso vinieron en octubre alumnos de la ESO de un instituto de San Pere de Ribes y nosotros fuimos a visitarles en febrero, pero nuestros alumnos tienen entre 16 y 20 años y de ellos los más grandes eran de 14, así que decidimos buscar un nuevo intercambio. Estando allí visitamos otro instituto que tiene ESO, bachillerato y Ciclos Formativos, que son los que nos han visitado esta semana. Sin parar de currar, pero me lo he pasado como los indios.

Llegaron el martes, después de mis clases los recogí en la estación, fuimos al albergue y a comer, los alumnos cada uno por su lado, y yo con los profesores, y después de eso fuimos a que les enseñaran la ciudad. Mi idea era dejarles con la guía e irme a mi casa a rascarme un pie corregir, preparar clases y ser responsable y profesional. Pero ya que estaba allí y ya que la señora guía se puso a hablarme a mí directamente como si yo tuviera algo que ver pues me dije "me voy a quedar un rato con esta gente tan maja, que además nunca me han enseñado Osna en plan turista", vamos que en vez de irme a mi casa las cinco de la tarde, me volví a las 19:30... para salir otra vez a la calle y estar de cervezas con los profesores hasta las doce o así.

El miércoles visitamos un taller donde trabajan discapacitados (los alumnos son del Ciclo Superior de Integración Social, por eso han visitado estas empresas) y allí que me tocó traducirlo TODO y cuando digo todo, quiero decir que tuve que traducir desde como se monta una cama hasta lo que es un banco, una mesa y una combinación de mesa y banco. Más de dos horas sin parar. Después de eso, volvimos al centro, ellos se fueron a comer, y yo me fui a mi colegio a recoger unos exámenes y a hablar con el director. Me fui a casa, me eché dos horas de siesta y por la tarde volví a quedar con los profesores para irnos de cervezas enseñarles Osnabrück de noche, encontramos a los alumnos en el Lagerhalle, cenamos con ellos y seguimos viendo Osnabrück de noche.
Osnabrück de noche, con una de las cinco frutas diarias recomendadas
Al día siguiente nos tocaba un día intenso. Quedamos a las nueve para coger el autobús a una residencia de ancianos. El autobús cambió el horario por arte de magia y llegamos tarde. En la residencia dividimos el grupo en dos y mientras un grupo la visitaba, el otro grupo descansaba. Sólo repitieron dos personas: el dueño de la residencia, que la enseñaba, y el pringao que le traducía, adivináis quien tradujo ¿verdad? Después de la residencia fuimos corriendo a nuestro instituto, que teníamos una recepción oficial. Una característica de los alemanes es que son muy pragmáticos y van más a lo útil que a la pompa y el boato. Después de un picoteo que nos preparó la gente de los ciclos de cocina y del saludo del director, los alumnos visitaron en grupos diferentes clases de nuestro instituto y después se fueron de vuelta al albergue. Los profesores nos quedamos para concretar en condiciones el intercambio de cara a futuros años. En la reunión estábamos el director, los dos profesores que hemos montado el intercambio desde nuestra escuela, la otra profesora de español y los profesores del instituto que vino de visita. Dos horas. Sin parar. Y mira que les gusta hablar. Y mira que les gusta la paja. Y aquí el menda lerenda a traducirlo todo. Menos mal que era mediación y no interpretación porque si no me da un chungo (la diferencia es que en la interpretación tienes que decir literalmente lo que han dicho y en la mediación puedes usar tus propias palabras... pero la interpretación va en un sentido y la mediación en los dos). Después de eso supongo que ya sabéis lo que hicimos ¿no?
Aquí tuvo lugar "der Beginn einer wunderbaren Freundschaft"
Al día siguiente ya más relajados, sin tener que cumplir un horario ni un programa fuimos a una feria de formación profesional dual que había, de esas con stand donde dan bolis, libretas, post-it, pelotas antiestrés, bolsas de tela e información pero la gente pasa de la información. Después los alumnos se fueron con algunos de nuestros alumnos a comer por ahí o donde sea que se fueran y los profes nos fuimos a casa de Uschi (la otra profe que ha organizado el intercambio) porque nos invitaba a comer. Si hace dos semanas se inundó media Alemania (Osnabrück se libró) y esta semana la hemos empezado con nubes y por debajo de los quince grados, la semana del intercambio no hubo ni una nube y hacía tanto calor que sobraba toda la ropa. Comimos en el jardín, con todo el solano y más de treinta grados una comida buenísima y nada ligera: rollos de ternera. Y después de eso, para bajar la comida, una vueltecita en bici, cuesta para arriba, cuesta para abajo (y una de las españolas con tacones). Yo no sé cómo se las apañó pero encontró bicis para los cinco hablando con los vecinos. Una estaba desinflada y ya nos veíamos de sobremesa, en el salón o ya de vuelta en el albergue para descansar, pero nuestro gozo en un pozo cuando de repente empezaron los vecinos a sacar bombas para inflarla e incluso uno dijo "no, no la infléis, coged esta otra bici".
Dos horas después (que si hubiera sido por Uschi habrían sido tres horas más), ya cansados y oliendo a choto, volvimos al centro, compramos para hacer la cena y algunas cervezas, yo me fui a mi casa, me duché y me fui para el albergue, y allí estuvimos cenando y tomando algunas cervecillas con los alumnos hasta casi las dos, que al día siguiente les tocaba madrugar para irse a Bremen.

Es verdad que he terminado agotado y que ayer todavía me duraba el cansancio, pero me lo he pasado pipa. Aunque sea mucho trabajo, aunque sea mucho estrés, no puedo comprender a esos profesores a los que no les gusta irse de intercambio... supongo que serán de ese tipo de gente a la que no le gusta irse de fiesta.

domingo, 2 de junio de 2013

Lasaña (casi) vegetariana

El mes de mayo ha sido el mes con más vistas de toda la historia del blog, o eso creo porque un contador se quedó atascado a principios de abril y del otro me fío más bien poco; pero el caso es que me alegro de que os guste lo que escribo. Y ahora al turrón.

Este fin de semana me ha visitado Carabanchelero, y como cuando estoy yo sólo no me voy a poner a hacer lasaña pues he aprovechado para hacer una receta de un libro que me regalaron Desparrunzando y su novia por mi cumpleaños: 101 recetas para cuidarse (originalmente publicado por la BBC, pero ¿cómo me puede gustar tanto la BBC?). Que vosotros diréis "pues anda que te vas a cuidar tú mucho a base de lasaña", pues sí, porque es lasaña de verduras. Pero claro, yo la he hecho muy a mi manera, así que tenéis razón, no es una receta para cuidarse, pero estaba buenísima.

¿Qué se necesita?
- Placas de lasaña, obviamente. Yo he usado de las que no hace falta hervir antes, y además eran de espinacas, vamos, de las verdes, que no sé yo cuantas espinacas llevarán en realidad.
- Una cebolla pequeña. Yo la usé mediana-grande (algo más de 200 gramos) y me vino larga.
- Una berenjena mediana. La mía pesaba unos 200 gramos, mejor si es un poco más grande.
- Un pimiento verde (no de los italianos, sino de los grandes, entre 200 y 250 gramos).
- Un pimiento rojo (como el verde).
- Dos tomates grandes. De los que en alemán se llaman Fleischtomaten, los que son grandes y tienen mucho zumo, los de salmorejo y gazpacho.
- Champiñones (entre 200 y 250 gramos).
- Carne picada (entre 200 y 250 gramos). Ya he dicho que la lasaña era CASI vegetariana, pero si la queréis hacer vegetariana no le echéis carne y ya está, que eso es lo bueno de las recetas, que cada maestrillo tiene su librillo y no hay teoría sin práctica ni práctica sin teoría.
- Queso rallado.
- Bechamel. Que hay dos opciones: industrial o casera. Si la queréis hacer casera, la explico otro día.
- Y sal y aceite, claro.

¿Cómo se hace?
Primero pelamos la berenjena y picamos todas las verduras en trozos pequeñitos, menos los champiñones que los cortamos en trozos más o menos grandes.
La cebolla picadita pequeña. Pero mejor echar menos de lo que sale en la foto
La berenjena y los pimientos picados en trozos relativamente pequeños
Cada champiñón cortado en cuatro o cinco trozos
Después pochamos la cebolla en la sartén y cuando esté pocha le echamos la berenjena para que se ablande. Cuando la berenjena esté blanda, lo sacamos todo de la sartén y echamos los champiñones para que se vayan dorando y ablandando; no os preocupéis si achican, es lo normal, lo raro sería que mantuvieran su tamaño.
Por arte de magia, del aceite y del calor ahora son más oscuros y más pequeños
Ahora echamos los pimientos para que se vayan friendo un poco y cuando estén, echamos la cebolla y la berenjena que habíamos retirado antes. A mí me ha quedado un poco sosa, así que creo que es un buen momento para echar sal o avecrem (o salsa de soja si le queréis dar un toque más exótico). Si queréis hacerla totalmente vegetariana ya está la primera parte. Si sois carnívoros como yo, es el momento de echar la carne picada. Cuando veáis que la carne está gris en vez de roja bajáis el fuego y seguís removiendo hasta que prácticamente no quede caldo.
La foto está medio borrosa, pero os hacéis una idea
Es el momento de encender el horno a unos 180 °C para que se vaya precalentando. Mientras tanto, en una fuente de horno ponemos una base finita de bechamel para que la primera capa de lasaña no se pegue a la base. Luego ponemos la primera capa de placas de lasaña, en este caso tres placas.
Soy un genio de la ingeniería lasañera
Sobre las placas de lasaña ponemos una capa de rodajas de tomate y sobre las rodajas de tomate ponemos las verduras (con la carne) de la sartén. Lo dicho, se me ha quedado un poco sosa, así que si no le habéis echado sal ni avecrem, una opción es echar ahora otra capa de bechamel o queso rallado (o ambos si queréis que os confundan con Simply Sara por la calle), luego otra capa de placas de lasaña, otra capa de rodajas de tomate, otra capa de verduras (con queso o bechamel si no tienen sal) y otra capa de placas de lasaña. Lo cubrimos todo con bechamel y sobre la bechamel echamos queso rallado, orégano y albahaca (las especias son opcionales, pero está todo muy rico).
La "construcción" de la lasaña, a la mitad
A estas alturas el horno ya tiene que estar a la temperatura que queremos, así que metemos la lasaña en mitad del horno y esperamos unos 25 minutos. Miramos que las placas ya no estén rígidas y subimos la bandeja arriba del todo y si tenemos función de gratinar pues la ponemos. En este momento hay que tener cuidado porque en algunos hornos como la tengáis más de medio minuto en la función gratinar se os queda totalmente negra y en otros puede estar cinco minutos que se queda más blanca que la teta de una monja. Mi horno es de éstos últimos y como el hambre estaba acuciando, pues al final sólo hubo un ligero y tímido color marroncito claro en los bordes.
No tiene tan mala pinta después de todo ¿no?
No es que Carabanchelero y yo seamos dos sílfides precisamente o que comamos como dos pajaritos, pero al final no pudimos acabar con toda la lasaña entre los dos (y menos mal, así ya tengo cena para hoy). Lo cual es bastante lógico. Esta lasaña da para entre tres y cuatro personas dependiendo de lo que traguen y de si se han metido para el cuerpo una bolsa entera de patatas fritas sabor cebolla marca Lorenz mientras la preparaban.

Si la preparáis decid en los comentarios cómo os ha salido a vosotros, a ver que tal.

domingo, 26 de mayo de 2013

Pasado por agua y en el DB Lounge

Hoy es domingo, estamos a finales de mayo, en Córdoba disfrutan de la Feria, son las once de la noche y hace un rato estaba hablando con mi madre. Parte de nuestra conversación (una parte muy pequeña de una conversación muy larga... o lo normal de larga, depende del punto de vista) fue la siguiente:

- Y ¿allí ya es de noche?
- Aquí es de noche desde el viernes.

Como viene siendo habitual, este fin de semana me he ido por ahí de picos pardos, he estado en Hannover y Celle con Carabanchelero, Kitaun, su novio (que ha venido a visitarla), Mire y Dave y además de vernos y de ponernos de comer hasta donde la espada pierde su casto nombre (por cierto, he vuelto al gimnasio después de casi tres meses sin pisarlo, no sé como lo he hecho, pero en estos tres meses ni he engordado ni he adelgazado, sigo pesando lo mismo) lo que más hemos hecho ha sido mojarnos. 

Estamos a finales de mayo y la gente a vuelto a encender la calefacción. Y eso que yo no soy el típico que pone la calefacción a toda potencia para estar en su casa en maga corta, prefiero llevar dos camisetas, el pijama y una bata antes que encender la calefacción (vamos, que me cuesta un poquito abrir la mano para soltar un euro). Y encima hoy yendo a la estación para volver a mi casa he descubierto que las zapatillas que tenía puestas tienen un pequeño agujerito en la suela (es lo que tiene ser supinador, que se me desgastan las suelas por el borde de fuera en la parte del talón), así que cuando he llegado a mi casa se podía hacer una sopa con lo que habría salido al estrujar los calcetines.

Y en esas estaba en la estación de Hannover, preocupándome por estar mojado y por el tiempo que hacía y por la mala leche que me entra con la lluvia (me da igual que haga - 20 °C, me da igual que nieve o que haya viento, pero la lluvia no la soporto) cuando de repente recordé mis objetivos de año nuevo y me vino a la memoria que hará cosa de un mes me llegó una BahnCard (como la tarjeta del Club DIA, pero de la Renfe alemana) nueva, verde en vez de roja con la maravillosa inscripción Bahn Bonus Comfort. No sé muy bien por qué, pero conociéndome seguramente un día me puse a trastear en la página web de la Deutsche Bahn y la pedí sin saber muy bien lo que hacía. 
El caso es que tenía una hora para estar estación arriba estación abajo y con el tiempo como estaba no me planteaba salir a darme una vuelta, así que dije "por probar que no quede". Y lo que estaba siendo un día de mierda se convirtió en todo lo contrario cuando entré en el DB Lounge, o lo que es lo mismo la sala reservada para los que viajan en primera donde hay bebidas y periódicos gratis y sillones cómodos para esperar a que salga tu tren... para los que viajAN en primera y para lo que tenEMOS una BahnCard verde sin saber muy bien por qué (aunque a lo mejor influye el haber cogido tanto el tren que a estas alturas ya le habré pagado la carrera a los hijos de todo el consejo de Administración de la Deutsche Bundesbahn y eso que seguro que estudian en universidades privadas).
Ahora es verde porque el tren es ecológico, no porque me regalen chocolate caliente cada vez que paro en Hannover
Vale, después de escribir la entrada lo he comprobado. Sí, me mandaron la tarjeta Bonus Comfort porque he acumulado más de 2000 puntos en menos de 12 meses, lo que también me da una ligera idea de por qué me cuesta tanto ahorrar a final de mes.

viernes, 24 de mayo de 2013

10 historias

Llevaba un tiempo pensando en escribir comparando con la situación de Alemania antes de que Hitler subiera al poder y la situación actual de España, pero el otro día Moli lo escribió mucho mejor de lo que yo podría haberlo hecho, lo podéis ver aquí. Así que me tocaba cambiar de tema, y no sabía muy bien sobre qué escribir. De repente, ayer, poco antes de irme ala cama me llegó la inspiración a través de facebook, a través de un amigo que compartió un enlace.

Forman parte del mobiliario urbano tanto como las farolas, los voluntarios de las ONG que piden firmas o que te hagas socio para salvar el mundo o los alumnos en uniforme de colegio religioso pululando por el centro a las tres de la tarde. Son ya tan parte de la ciudad que apenas les vemos, apenas les dedicamos unos segundos de nuestra atención para -  en el mejor de los casos - comprarles un paquete de pañuelos. 

De un tiempo a esta parte en algunos de los semáforos de Córdoba (al igual que en otras ciudades españoles) hay africanos vendiendo pañuelos, en algunos casos se disfrazan para llamar la atención (seguro que todos habéis pensado en el que se disfraza de gitana con un traje verde) e intentar vender algo más que si no lo hicieran. Todos les hemos visto, pero muy pocos se han parado a hablar con ellos, a preguntarles por su historia, por cómo han llegado desde su país hasta el semáforo.

El semáforo de la estación, el de la calle del Carmen, el del Carrefour Zahira, el del cementerio de la Fuensanta y no sé si se me olvida alguno. Pero ellos no tienen nombres de lugares de Córdoba, tienen nombres de persona y sobre todo tienen una historia detrás que Maria José Pérez y la fundación XUL - con la colaboración del Ayuntamiento - han decidido investigar y contar. Pocas veces me pongo serio, pero haced el favor de pinchar este enlace y la próxima vez que os paréis en un semáforo me da igual que les compréis unos pañuelos o no lo hagáis, sólo os pido que seáis conscientes que detrás de ellos hay una historia y en ningún caso es una historia agradable.

jueves, 23 de mayo de 2013

Apellidos

Me gustan las estadísticas chorras. No me refiero a la Encuesta de Población Activa (que no creo que haya nadie a quien le guste), al número de votantes potenciales en unas hipotéticas elecciones o a la tasa de crecimiento demográfico, no. Me refiero a esas estadísticas que no sirven absolutamente para nada, a esas estadísticas que son tan de relleno como los anuncios de un restaurante local justo antes de que empiece una película en el cine. ¿Quién decide dónde va a celebrar su banquete de boda justo antes de ver "Los invasores del espacio"?

Y acaba de salir una de esas que me tiene todo el día pegado a la pantalla del ordenador, metiendo datos para que me salgan estadísticas. Acaba de salir la estadística de la distribución de apellidos y nombres por provincia. Si mis apellidos fueran García Pérez o si yo fuera una persona normal en mis cabales lo más seguro es que esta estadística me la soplaría bastante, pero el caso es que mi primer apellido lo tienen menos de 3000 personas en toda España (más de un tercio en la provincia de Córdoba) y mi segundo lo comparto con menos de 22000. Juntando eso con una imaginación que a veces se desborda más de lo que debiera, a veces me hago la ilusión de hordas y hordas de Rísquez (vale, una o dos hordas solamente, que tampoco somos tantos) juntándonos en el Valle de los Pedroches (de donde creo que viene la mayoría), desbordando Conquista (en serio, 3000 personas más que desbordarían el pueblo) y dándonos un festín de jamoncito y de queso bueno de la COVAP. Eso sí, las hordas de Arce nos vamos a tener que ir más al norte a reunirnos, que por lo visto donde más hay es en Burgos y Cantabria, así que oye, si a mis primos del norte les da por organizar algo, que vayan avisando, que yo no me lo pierdo.

Y no sólo tengo apellidos poco frecuentes, también tengo nombre de telenovela, en honor a mi padre y a mis dos abuelos. Un nombre que se repite tan sólo 5461 veces a lo largo y ancho de toda la geografía patria. En Córdoba sólo somos 156; digo yo que algún día podíamos quedar para irnos de tapitas o algo. Aunque teniendo en cuenta que la media de edad son más de 41 años, lo mismo sale bien que no.

¿Queréis conocer más chorradas sin utilidad alguna intersantísimos datos relacionados con los nombres y los apellidos en España? Pues pinchad en http://www.ine.es/daco/daco42/nombyapel/nombyapel.htm

Entrada patrocinada por: Consecuencias de empezar el fin de semana los jueves.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Sherlock

Con Torchwood recién terminado, el curso medio ventilado y un tiempo que no anima a salir a la calle - a pesar de lo cual este fin de semana si se me cae la casa, no me pilla dentro (¡Viva la Maiwoche!) - ya me veía huérfano de series. Y me puse a pensar "¿Qué puedo ver?" Después de la enorme decepción que fue la cuarta temporada de Torchwood, decidí que necesitaba algo puramente BBC, pero no del tipo de EastEnders, sino algo más actual. Así que como no me decidía entre Sherlock y Doctor Who, decidí empezar con las dos. Pero hoy sólo voy a hablar de Sherlock.

Es de esas series que sabes que te tienen que gustar, que quieres que te gusten, que lo tienen todo para gustarte y que aún así hay algo que falla, aunque no sepas lo que es. Una de las cosas que no me gustan es que no tiene capítulos, tiene películas. Un capítulo de casi 90 minutos es más una película que un capítulo. Y más cuando lo único que hay en común entre los capítulos son tres personajes.

 Por ahora hay dos temporadas, de tres películas capítulos cada una. La serie está ambientada en el Londres actual y cada capítulo está inspirado (iba a escribir "basado", pero "inspirado" lo define mejor) en un cuento de Arthur Conan Doyle.

A lo mejor es porque hace mucho que leí algunos de los cuentos de Sherlock Holmes o a lo mejor es porque mi recuerdo del personaje está demasiado influenciado por el de los dibujos de cuando era pequeño. Pero el caso es que no recordaba al personaje de Sherlock tan prepotente y cortante como el de la serie. Es muy odiable. Más de una vez me han entrado ganas de darle un puñetazo en la cara.

Busca las siete diferencias con la imagen de arriba
Me gusta muchísimo más el personaje de John (el Dr. Watson de toda la vida). A lo mejor es porque siempre he sido más de Sam que de Frodo, no sé si me entendéis lo que quiero decir. Es el personaje que humaniza a Sherlock y el único con el que el espectador puede conectar de alguna forma. Además lo interpreta el protagonista de El Hobbit.

Antes he dicho que no sé muy bien qué le falla, por qué no acaba de engancharme. Y sin embargo, tampoco sé por qué tengo tantas ganas de que saquen de una vez la tercera temporada y ponerme a devorarla como las dos primeras.

domingo, 19 de mayo de 2013

Eurovisión 2013 - La gran final

Bueno, quedan unos minutos para que empiece la final, así que, mientras, voy preparando la entrada, para hacerla en tiempo real, como el otro día. A ver qué tal se da. Por lo pronto puedo decir que gracias a la Eurocopa sé que los comentaristas alemanes no tienen sangre, así que lo voy a ver por internet, que no hay comentaristas. Bueno, a lo mejor las votaciones las veo por la web de TVE, aunque sin Uribarri, ya veremos si merece la pena. Por cierto, he comprobado que si meto los vídeos en la entrada tarda mil en cargarse y el ordenador se puede quedar pillado, así que en esta entrada para verlos sólo tenéis que pinchar en el nombre del país.

Ya empieza!!!!!!!!!!!

¿Y los abanderados en plan Olimpiadas? ¿De qué van? Aunque a lo mejor es premonitorio, a España se le  va a dar tan bien como las últimas olimpiadas. La mejor apertura fue la de la de la primera semifinal, con los niños cantando Euphoria. ¿Y por qué todos tienen pinta de haber ido a pasárselo bien menos los españoles? ¿Serán conscientes de lo que se van a comer? Bueno, y la de la lejía, ésa tampoco parece estar de fiesta.

Hay que ver lo que le gusta a la presentadora llevar trajes largos (y feos) que enseñan las piernas. Que por cierto, me enteré el otro día de que es la Eva Hache sueca. Después de decir que entre la final y las semifinales han actuado tres de los de ABBA suelta "Wasn't this a real gift for you, all the dancing queens in the audience?" Ésta sabe perfectamente quién ve Eurovisión.

Francia
Como se nota que Francia tiene pase directo a la final todos los años. Puff, no ha llegado ni al segundo estribillo y ya me está cansando, hija un poquito de luces, de fuego, de espectáculo, separate del micro, muévete, algo. Bueno, parece que me va haciendo caso, pero tampoco mucho. Flojita, diría yo, es más no le auguro ninguna votación de 12 (y casi ni de 10) puntos.

Lituania
No está mal, es movidita, pero le pasa como a la otra. Un tío y su micro (como mucho un coro detrás) y punto me dan pereza. Este tipo estuvo en la primera semifinal, me alegro de habérmela perdido. La canción no está mal del todo... para tenerla en el MP3, pero la actuación, penosa, es que ni siquiera tira el soporte del micro, como la francesa.

Moldavia
Bueno, parece que la cosa empieza a animarse en el aspecto de actuación, aunque la canción me gusta cero. Con el tupé de la tía no estoy viendo a los tíos de blanco de detrás, es tan inquietante como el peinado antiguo de Soraya Sáez de Santamaría, un pelado con personalidad. ¡¡¡Que se sube!!! Y hay rayos y fuego y todo. Y la canción parece que mejora (pero tampoco mucho) ¿Así se acaba? ¡Pues vaya!

Finlandia
¡Esa rubia de bote como mola, se merece una ola! Ya lo dije el otro día, me encanta. Y el transformismo de los hombres nocturnos en damas de honor (que me lo perdí el otro día) es brutal, una de las mejores (si no la mejor) puesta en escena. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Viva el rollo bollo!!!!!!!!!!!!!

España
Todavía no han empezado y ya me da pereza, a ver qué tal es la actuación.
Bueno, a pesar de la canción (que es lo que es y no hay más vuelta de hoja), Raquel del Rosario la está defendiendo mejor de lo que me esperaba. Por cierto, que feos son los dos tíos del Sueño de Morfeo ¿habrán hecho un casting o algo?

Bélgica
El tío me parece como feote y además se tenía que haber tomado unas Juanolas antes de salir a actuar ¿no? A este lo vi en la primera semifinal (fue uno de los pocos, porque la pillé muy tarde) y ya me fijé en las bailarinas epilépticas con gestos de negra gorda chunga del Bronx. El tío me recuerda al alto de Little Britain. La canción es así como discotequera, tiene ritmo. Ay, que se pone a llorar a la hora de decir "I love you Europe", no me lo creo. Aunque durante la actuación lo ha disimulado, es muy gaylor. En serio, fijaros bien.

Estonia
¿¡¿¡¿¡¿¡LO QUÉ!??!?!?!!? ¿En blanco y negro? Como esta tía petarda saque más puntos que España (o que cualquiera) me da algo. Bueno, voy a aprovechar para leer #EurovisónMairena. En serio, que es muy lenta, no me gusta, es muy Laura Pusini.

Bielorrusia
Esta tía es la de Austin Powers y la espía que me achuchó, ¿no? Cucha, pues me gusta. En serio, que sí, que tiene ritmo, no es inglés, se mueven y hay fueguecito. Está guay. Mira, que sí, que se van a llevar muchos puntos, que está muy bien. Además la tía está buena.

Malta
Éste es el chiquitito de la sonrisa con la cacho napia. Ya lo comenté el otro día, me gusta mucho, pero no sé cómo acabará. A ver si hoy no se corta la conexión y puedo verla entera. Y acabo de ver que detrás tiene el karaoke para que lo sigas, me gusta. Creo que no va conseguir muchos votos, pero me da pena, porque me gusta muchísimo.

Rusia
Ya lo dije antes, las actuaciones que son un cantante y su micro me dan pereza. Si la canción fuera un poquito (tampoco mucho) más lenta podría ser una nana. Bueno, parece que se anima. ¿Y el flequillo del de atrás? Decidle que tiene algo en la cabeza, que le va a poseer. Uffff, todo eso me gusta la canción para fijarme en el tupé del de atrás.

Alemania
Increíble que no haya oído la canción en la radio ¿Qué pasa con este país? Pero no me disgusta, es movidita y hay espectáculo-de-luces-y-sonido. Pero estoy esperando a que baje por las escaleras y se la pegue. Anda, pues no se la ha pegado. Muy discotequera. Bien.

Armenia
Ufff, el petardo de la perilla y el pañuelito colgando del otro día. Pues no, resulta que no es como el vino, no mejora con el tiempo. Vamos, que como me estoy meando, aprovecho para ir al servicio y así no la escucho. En serio, que mal, lo dicho, ni para la SuperPop.

Aquí viene la de las gafas.  Acabo de darme cuenta de que en realidad es la presentadora. ¿O acaso soy más miope de lo que pensaba?

Holanda
Esto mejorará en algún momento ¿verdad? ¿O se va a juntar con la rusa para hacer un disco de nanas eurovisivas? Ostras, el coro, no lo había visto. Puff, si lo mejor de la actuación es (la de en medio d)el coro y no les enfocan, está muy mal. ¿Ya se ha acabado? ¡¡¡¡Que poco me ha gustado!!!!

Rumanía
Pufff, el Caballé(ro) del que ya hablé el otro día. ¿Es un poco Priscilla Reina del desierto o me lo parece sólo a mí? Ostras, en los bailarines no me fijé el otro día. Es que no se salva nada. Bueno, por lo menos no te aburres viendo la actuación.

Reino Unido
Bonnie Tyler es famosa, es la de "I need a hero". A ver cómo se porta.
No está mal, pero me esperaba algo mejor, más espectáculo, el hada madrina de Shrek volando por el escenario o algo así, que es Bonnie Tyler. Que penica. Además, me recuerda a la madre de Rose, del Doctor Who.

Suecia
¿Va disfrazado de mueble blanco del Ikea? Que dejen de enfocarle, que lo mejor de la canción son los bailarines. Por lo menos el estribillo es sencillito "it's all because of youuuuuuuuuaaaaaaaaaoooooo". No sé que me pasa este año que a las canciones con bengalas les doy más puntos. No me ha disgustado, pero me ha dejado más bien frío. (Y eso contando con las bengalas)

Hungría
Perezón total, el modernito. Gafas grandes de pasta, barbita de tres días, dilatación en la oreja izquierda, gorrito de lana, pantalones pitillo, camiseta con dibujo de estilo de los 60, pelado modernito, es que tiene el uniforme completo. Y por supuesto, la canción es un petardo. Lo único medio qué son los dibujitos del fondo. Espero que se lleve tantos puntos como Remedios Amaya, yo se los daría. ¿Es cosa mía o canta como sin ganas y el guitarrista está fumado? Yo he cantado con más ganas en los botellones en casa de mi amigo Kiko (y eso que yo canto muy mal y muy bajito, para que no se note).

Dinamarca
Es una de las grandes favoritas (si no la más) y está claro por qué (y se les nota que lo saben). Es una canción que no necesita empezar abajo para poder venirse arriba. Es verdad que la puesta en escena es medio sencilla, pero es que la canción no necesita más.

Islandia
El pelanas, que tío más petardo. Me voy a leer el tuiter de Carmen de Mairena. Ah, vale, ya lo entiendo, se va a juntar con sus amigas la rusa y la holandesa y van a grabar "The very best of... Eurovision Lullabies". ¿Os habéis fijado que se ha alisado el pelo más que la danesa? Hay que ver en lo que me fijo cuando no me gusta una canción, me disperso. Lo han enfocado de perfil y he llegado a la conclusión de que tengo que ponerme traje más a menudo, disimula la barriga.

Azerbaiyán
Anda, el de la jaula. Lo malo de que las canciones malas del otro día pasaran a la final es que ya no sé que más decir.  Pero vamos, que viendo lo visto, hoy ni siquiera me parece tan mala como anteayer.

Grecia
La tercera (y última) canción buena de la segunda semifinal que pasó. Los de las falditas. Me moló entonces y me sigue molando ahora. Alcohol, alcohol, alcohol, alcohol, alcohol, hemos venío a emborracharnos, el resultado nos da igual. El viejete tiene pinta de mafioso del este, que lo controla todo, y los otros, de sus nietos medio locos a los que les gusta torturar a sus enemigos por orden del capo. Me gusta un montón. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Subidón!!!!!!!!!!!!!!!!

Ucrania
WTF!?!?!??!!? ¿Lo del gigante a que ha venido?  Ha sido para desconcertarnos y que no escuchemos la canción ¿verdad? Muchos gorgoritos, pero no me gusta mucho. Y el gigante ¿la ha puesto en la piedra o la ha clavado ahí como la espada del Rey Arturo? En serio, yo medio borracho en la feria me muevo con más gracia cuando me ponen nonaineo. Y el gigante no ha vuelto, no lo comprendo.

Italia
¿Cómo hacen los italianos del vídeo para parecer taaaaaaan italianos? (y no italianos guapos, precisamente) Pufff, otro modernito, que pereza. Y encima se junta que es un hombrey su micro Y PUNTO. Bueno, y punto no, y un traje que hace daño a los ojos. Lo dicho, cuando una canción no me gusta, me disperso. Todo muy Tiziano Ferro... y eso es malo, muy malo. Uff, me voy al servicio, que me estoy meando otra vez.

Noruega
Ostras, la de la lejía, esta vez sí que voy a verla. Es así como de discoteca, pero de esas discotecas que no me gustan. Está embutida para que la miremos en vez de escucharla, ¿verdad?

Georgia
Anda estos son los príncipes de Disney. Mira que a su lado la noruega me parece buena y todo. ¡Que mal! Pelearos, interactuad, haced algo.

Irlanda
Hala, que chulo lo de los tambores. No sé si ganarán o no, pero esto en Ibiza este verano, lo peta. Oye, pues mira, a pesar de ser discotequera y todo, me gusta. Irlanda acaba de demostrar que tienen claro que como máximo sólo el 25 % (y estoy siendo generoso) del público de Eurovisión está formando por varones heterosexuales.

¿Es cosa mía o en los resúmenes sólo ponen las partes más marchosas de la canción? Lo digo porque hasta las aburridas parecen potables.

Ya estaba echando yo de menos a Loreen, promocionando su nuevo single, pero si canta "Euphoria" disfrazada de la Princesa Cisne le perdonamos. ¡¡¡¡¡VIVA!!!!!!! Ostras, eso de subir el escenario lo llega a hacer algún país y lo peta.

Pufff, creo que mejor no comento la actuación de la presentadora, porque ¡vaya telita marinera! Jajajajaja, lo que le gusta enseñar las piernas. ¿Qué hace la Adele de Puerto Rico en Eurovisión? Ah no, que es Sarah nosequién.

He decidido, que no voy a escribir las votaciones en el blog, porque es un coñazo y no tiene sentido, así que mejor las tuiteo.

Ha ganado Dinamarca, me gusta la canción. Pero ¿y el resto? Vale que la canción de España era malérrima, pero las había mucho peores, y sobre todo ¿Irlanda la última? Si Eurovisión no fuera sólo para echar unas risas, estaría indigando y todo.

Por cierto, ya os habréis dado cuenta, pero para predecir el resultado de Eurovisión no tengo precio. Yo ya lo sabía.