miércoles, 6 de junio de 2012

Quejarme de Alemania

Ayer hice el que si todo sale bien será último examen de alemán de la EOI de Córdoba, al menos como alumno, que uno nunca sabe donde le llevará el viento (el oral lo hago esta tarde, pero lo gordo ya me lo quité). Ya sé que todavía tengo pendiente la entrada del País Vasco, que este año me lo he pasado incluso mejor que el pasado, y mira que fue dificil de superar, pero entre las salidas nocturnas dándolo todo como si no hubiera un mañana, el haber conocido al resto de gente del Comenius, la comida en la sociedad y la visita a Pamplona (donde ví el libro de la nena, pero no me lo compré porque era domingo y la librería estaba cerrada) pues se ha superado.

También sé que tengo una entrada pendiente sobre la semana en Holanda navegando con mis alumnos. Y hay documentos gráficos de que durante toda la semana trabajé muy duramente y que me gané el pan con el sudor de mi frente.


Sin embargo hoy voy a hablar de otra cosa. Ayer me dí cuenta de algo que me llevan diciendo mucho tiempo: me quejo mucho de Alemania. Ya sé que a Frau Casal esta entrada le va a gustar poco porque a veces jugamos a ver quién puede sacar más cosas negativas de los alemanes o de Alemania (hay quien "juega" a meterse chutes de heroína, lo nuestro es más sano).

Si no me gustara el alemán, si no me gustara Alemania o si no me gustaran los alemanes, no habría decidido vivir (al menos y por ahora) seis años de mi vida en el país. Así que me quejo de vicio... y de buen rollo (no como cuando me quejo de España, que me quejo MUY en serio).

Ayer en el examen de la EOI teníamos que escribir un texto de entre 225 y 250 palabras (menos mal que también nos limitaban el espacio, porque si no el límite de palabras me lo habría pasado por el forro) sobre un sitio que me hubiera marcado especialmente. Evidentemente hablé de Berlín (por eso 250 palabras no eran suificientes). Y más teniendo en cuenta que el texto para motivarnos fue lo que cantaba Marlene Dietrich

Wunderschön ists in Paris
auf der Rue Madleen
schön ist es im Mai in Rom
durch die Stadt zu gehen
Oder eine Sommernacht
still beim Wein in Wien
doch ich denk wenn ihr auch lacht
heute noch an Berlin
*
En fin que aunque muchas veces me quejo de que en Öh-city hay tres bares (aunque en realidad hay cuatro o cinco), de que los alemanes son bastante cuadriculados (aunque los alemanes con los que me junto en el poblado, de caudriculados nada de nada) y que si no como tostadas con tomate y pizquitos de jamón es porque yo no me las hago, en realidad cuando estoy en Córdoba también echo de menos las pintas de Heffeweizen acompañando a un plato de Maultaschen, me empiezo a poner nervioso cuando después de media hora la gente sigue hablando en círculos sin ir al grano (y que conste que yo lo hacía MUCHO MUCHO MUCHO) y no veo la hora de dejar atrás estos maravilloso 40 ºC diarios que me han dado la bienvenida a mi patria chica.

*Es maravilloso en París
(pasear) por la Rue Madleen
es precioso mayo en Roma
paseando por la calles
o una tranquila noche estival
tomando vino en Viena
pero aún hoy cuando río
sólo pienso en Berlín.

1 comentario:

Rafael Carlos dijo...

Bueno, nunca comento pero hoy me veo animoso y veo 2 puntos claros:

1) Joputa!! De buen rollo, por la foto del barco jajaja.

2) Hablas de dar rodeos?? Jajaja muchos años en alemania pero eres el ahpañò mas ahpañò que he visto. Cuenta las lineas de esta entrada y cuantas estan dedicadas al punto al que querias llegar, a ver que sacamos en claro de los rodeos.

Anyway, asi es como te queremos, y si cambiaras, te seguiriamos queriendo ;). Pellizquitos, colega.