El mundo sigue girando y la vida sigue, pero hay gente a la que queremos, gente que nos marca y que pasará mucho tiempo antes de que volvamos a verles, si es que alguna vez lo hacemos.
Hoy se ha ido Juliana, cogió sus maletas (corrijo: agarró sus maletas, ella nunca diría "cogió") y se volvió a Argentina. Ahora debe estar en el aeropuerto y por un malentendido (y porque hoy los trenes no son amigos míos, y porque estoy empanado) no pude despedirme de ella como ella se merecía.
Compartimos cenas, vinos, amigos, risas, confidencias, películas, bailes, disfraces, viajes y muchas más cosas. Este año hay pocas personas que han hecho que Duisburg mereciera la pena y a partir de hoy ya son una menos.
Así que estés donde estés, Juliana, siempre habrá una botella de tinto esperando a que la descorchemos.
Muchos besos Ju.
1 comentario:
Viiite, espero que al menos le dieras la dirección de tu blog, boludo. Un saludo!
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