lunes, 1 de junio de 2009

Ya casi se acabó

Ya sé que hace mil que no escribo aquí, que os tengo abandonados y que merezco la pena capital (que me clausuren el blog). Pero es que ya me queda nada para irme, me quedan sólo tres días y la segunda aventura alemana habrá acabado, pero mejor me pongo nostálgico otro día; que hoy estoy aquí para hablaros de otras cosas, de mis tres últimas semanas.

El fin de semana después de Luxemburgo y Trier vinieron mis padres y mi tía. No estuvo mal, volví a Colonia, volví a Münster (pero esta vez con buen tiempo, para variar), volví a Aachen y nos quedamos en Düsseldorf. ¿Recordáis lo de viajar con la familia? añadidle un salto generacional e imaginad... pues salió todo bastante mejor de lo que pensáis; además subí por fín a la torre de la TV de Düsseldorf y fue impresionanate y me dí cuenta de que lo que a mí ya me parece tan normal y cotidiano no tene porque serlo para todo el mundo (es algo que no me sorprenderme, pero no deja de olvidarseme continuamente... ¿existe en la palabara "olvidarseme" realmente?); como por ejemplo las despedidas de solter@s de la Bolkerstraße, las viejecillas en bici, los trenes relativamente baratos y relativamente puntuales, que andar rápido se puede considerar una carrera y todo eso que volverá a ser cotidiano dentro de poco.

Esa semana no trabajé, porque el lunes estaba chunguillo y por eso no fuí a trabajar, el martes había una reunión en la delegación de eduación y el miércoles porque hice el examen del Goethe Institut. Del examen me fuí directo a Regensburg a despedirme de Felix, Julia y Tyler (amigos míos del año pasado en EEUU). La verdad es que estuvo bastante bien volver a verles y despedirme de Baviera; pero lo que estuvo genial de verdad fue el Dult con Tyler, Tobi y un montón de erasmus, el Dult es un festival de la cerveza, que podría compararse, salvando las distancias, a la feria; la mayor diferencia es que no hay poligoner@s, hay sólo dos casetas (enormes, eso sí) y en vez de rebujito o sangría se beben cantidades ingentes de cerveza (la unidad de medida bávara por excelencia es el Maß, es decir un litro de cerveza); además, cuanta más cerveza se bebe, más se acortan las distancias.

Y así nos plantamos en esta semana, el miércoles hice el oral del Goethe (por cierto aprobé, lo que significa que Alemania piensa que tengo nun nivel de alemán suficiente para por ejemplo estudair una carrera universitaria aquí o presentarme a unas oposiciones alemanas) y después me fuí a dar una vuelta por Düsseldorf con Soraya. El jueves llegaron Jose Alberto y Mari y hemos estado hasta hoy de viaje en tren y en coche y por supesto noemóhdichomáhquepegóh y nos lo hemos pasao quetecagáh. Ahora sé que cuando decidí no renovar la beca, no me equivoqué al tomar la decisión. Hemos estado en Colonia, Aachen, La Haya, Utrecht, Luxemburgo, Bonn y Maastricht (tres nuevas de siete, la verdad es que no está nada mal) y ¡¡¡he conducido por autovías alemanas sin límite de velocidad!!!! (bueno, el límite que daba el coche). Lo cual teniendo en cuenta que ha sido la segunda vez que he cogido el coche en casi todo un año (después tres sin cogerlo) no está nada mal.

En fín que no me enrollo más que parece que no he dicho nada y llevo ya más de una hora escribiendo. Sed felices.
A.

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