domingo, 26 de febrero de 2012

Carnaval

Para mucha gente el carnaval significa disfrazarse, juntarse con los amigos y empezar a beber hasta perder el control (o la conciencia). Para mí este año significa la mejor semana desde que acabó la navidad, compitiendo de cerca con la primera semana del año.

Esta semana he tenido esto muy abandonado, porque estaba ocupado rascándome la barriga ¡y que bien sienta! Ha sido la semana de vacaciones de carnaval y después de descartar Londres (donde acabaré yendo en abril) y Colonia (donde ya estuve en octubre y en los carnavales de hace tres años), al final me fui a casita. Y no me arrepiento en absoluto.

Salí de aquí el sábado a las dos de la tarde y llegué a Córdoba el domingo a las seis de la mañana. A la una de la tarde ya estaba en el campo y un rato después comiendo sardinas y chuletas en familia, bajo un sol de primavera (aunque fuera pleno febrero) y riéndome con los peques. Y ahí empezó una semana sin preocupaciones, sin olor a queroseno, sin pensar "¿qué hago de comer hoy?" o "tengo que ir a hacer la compra" o "voy a preparar las clases de mañana" o "joío despertador ya está sonando otra vez".

El lunes mi máxima preocupación fue ir a recoger a mi sobrina a la guardería e ir a clase de alemán por la tarde (que en junio hago el examen de 5° de la EOI, otro papelito para el currículum). El martes ir a cenar con ocho amigos a casa de dos de ellos, el miércoles volver a clase de alemán y después irme de cañas al Correo (hasta que cerraron a las diez de la noche), el jueves matricularme de las oposiciones y por la noche de cañas de nuevo con gente de la carrera hasta las tres de la mañana (y eso que ellas trabajaban al día siguiente). Y el viernes por la mañana todo lo que hice fue quedar para tomar café en una terracita al más puro estilo los viernes al sol y por la noche, quedar con mis amigos para ir al concierto de The Midtimes y luego seguir de marcha hasta que el cuerpo dijo "BASTA".



El sábado a las ocho y media de la mañana supercansado pero sin resaca (que con las canas viene la sabiduría y uno va siendo consciente de cuando dejar de beber pero seguir de fiesta) el despertador estaba sonando por primera (y única) vez en toda la semana para encarar las 13 horas de viaje que tenía por delante.

En definitiva, las pilas recargadas para estas cinco semanas hasta las próximas vacaciones. Además estas cinco semanas tengo menos clases. Los de inglés están de prácticas las dos primeras y los de la clase 13 no vienen a clase las tres últimas porque es cuando hacen el examen de Abitur (algo parecido a la Selectividad). Y sí, después del examen de Abitur siguen teniendo clase hasta finales de mayo.

1 comentario:

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