lunes, 6 de febrero de 2012

Frío lunes con puntito de calor humano

Supongo que ya os habréis enterado de que hace frío ¿verdad? Pues, como se suele decir, para muestra un botón.

Pues sí, señoras y señores ésta es la puerta de mi casa por dentro. A lo mejor no se aprecia muy bien (os diría que si pincháis en la foto se amplía, pero desde que escribo las entradas en Chrome no se amplían, no sé por qué), pero eso que veis en las esquinas superiores no es ni más ni menos que escarcha.

Y sí, es la puerta de la calle, y no, no es la parte que da a la calle, sino la parte que da a dentro de la casa.

Pero mejor os amplío los detalles.

Aquí las bisagras. Os recuerdo, es la parte que está DENTRO de la casa.

Y aquí el picaporte. Imaginaos la sensación cuando abrí la puerta a las siete y media de la mañana. Si os digo que lo estaba flipando es poco. Y aún hay gente que se sorprende de que no haya salido de mi dormitorio en todo el fin de semana, donde ha estado encendida la calefacción sin parar desde que el viernes volví de la escuela hasta que he salido esta mañana.

Pero a pesar del frío, este lunes también ha tenido su puntito de calor humano. Y es que aunque a veces me guste quejarme mucho, mis días también sus buenos momentos.

Hoy después de la pausa del mediodía en vez de clase 13 hemos tenido una formación para tratar la violencia en las aulas. Se pueden decir muchas cosas del cursillo en cuestión y de quien ha venido a dárnoslo. Sólo diré que en todo momento estaba pensando en esta entrada del blog de Molinos. Menos mal, que he roto la costumbre de sentarme delante del todo con Mar y me he ido atrás con los "malotes", me lo he pasado infinitamente mejor y así he conocido un poco mejor a dos compis con las que ya me llevaba bastante bien. Además así he tenido mi momento "me quieren" de la semana.

Pero para entenderlo hay que remontarse unos meses.

Eché los papeles para quedarme. Y me dijeron que tengo que volver a la universidad a sacarme una carrera completa, no me reconocen nada de español ni por ser hablante nativo, ni por los cuatro años que llevo enseñándolo. Me reconocen sólo inglés y la formación como profesor. Es más, en la carta que me mandaron me decían que podía hacer cualquier carrera, que daba igual que fuera español u otra diferente, que la tenía que hacer completa.

En resumen, llevo desde antes de Navidad echando programas y curriculums en diferentes centros y universidades de todo el mundo, desde Mannheim hasta Canadá. También los echaré en España, pero soy consciente de que las posibilidades a corto plazo de volver a España con un trabajo medio en condiciones son ínfimas. Cuando acabe el curso diré adiós, enjugaré mis lágrimas (físicas o no) y seguiré mi camino allá adonde me toque ir (como llevo haciendo ya algunos años).

Bueno, a lo que iba, hoy una de las compañeras con la que estaba sentado ha empezado a decirme que me quede, que si es necesario hacen manifestaciones delante del Regierungspräsidium (RP, algo así como el ministerio de educación). Literalmente. Pero es que lo de las manifestaciones ya es la segunda persona que me lo dice. Y también que a quién hay que llamar en el RP, que ella mueve a todo el claustro para que llamen uno por uno a hablar con el señor del RP que decida eso. Y la primera que me dijo lo de las manifestaciones la semana pasada, me ha dicho que me vaya a estudiar a Hedielberg, que está aquí al lado (sí, tiene un concepto de "aquí al lado" bastante peculiar) y así puedo ir y venir todos los días.

Hará un par de semanas, otra profesora también me dijo que empezara a buscar en los privados de la zona, que es una pena que me vaya.

Vamos, que de vez en cuando, aunque no lo ponga por aquí, uno también tiene sus buenos momentos en el poblado.

La primera vez que un profesor que (aparte de Mar y Mercedes) me dijo que me quedara, pensé una entrada que no publiqué, la publico hoy.

Echaré de menos entrar a la sala de profesores y ser el sol de España. Echaré de menos a mis alumnos. Echaré de menos conocer el país y viajar cada fin de semana. Echaré de menos a Mar y a Mercedes.

No echaré de menos tener que ser yo el sol de España. No echaré de menos vivir en un castillo enorme y vacío. No echaré de menos tener que hablar con las paredes porque no hay nadie en casa. No echaré de menos dar 27 (o 28) clases cada semana.

Echaré de menos fliparlo cuando vea a mis alumnos hablando español. Echaré de menos no poder corregir en el despacho porque ha entrado Martina y es peor que Alvaruco en una biblioteca. Echaré de menos hablar rápido y que me tengan que decir que más despacio porque no me entienden. Echaré tantísimo de menos hablar alemán.

No echaré de menos las sesiones maratonianas de corrección. No echaré de menos vivir enun pueblo una pequeña ciudad con encanto. No echaré de menos que la vida acabe a las seis de la tarde.

Echaré de menos que la gente quiera que me quede. Echaré de menos tener un trabajo que me encanta y unos compañeros que también me encantan.

Pero no echaré de menos que eso sea lo único que me guste de lunes a viernes. No echaré de menos tener vida casi exclusivamente los fines de semana.

Echaré de menos a mis alumnos y a mis compañeros (sí, ya sé que lo he dicho pero es que les voy a echar mucho de menos, por lo menos a algunos).

Ya estoy echando de menos a Paula y a Aitor, y echaré de menos a Sonia, a María, a Cristina, a Paloma y a Marta. Pero no echaré de menos poder verles sólo de higos a brevas.

Bueno, sed felices.

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