martes, 7 de octubre de 2014

Dazwischen

Creo que ya he hablado aquí alguna vez de que una de las cosas  que peor llevaba de vivir en el extranjero era ir solo al médico. En Hannover casi siempre me las apañé para que Lau o Milanabonita me acompañaran y yo alguna vez acompañé a Gaditano o a Leonesa. Pero ya no vivo en Hannover. Hoy he vuelto al médico: bronquitis. Bienvenido de vuelta a la Alemania profunda. Al menos solo he tenido que esperar cinco minutos para entrar en la consulta (algo me dice que ahora que tengo seguro privado esa situación se va a volver más frecuente).

Después de eso he estado esquipeando con mis padres y dos de mis sobrinos y justo después me he encontrado en Facebook con el estado de Gaditana (la hermana de Gaditano). Es un poema de Alev Tekinay, una poetisa turco-alemana:

Dazwischen
Jeden Tag packe ich den Koffer
ein und dann wieder aus.
Morgens, wenn ich aufwache,
plane ich die Rückkehr,
aber bis Mittag gewöhne ich mich mehr
an Deutschland.
Ich ändere mich
und bleibe doch gleich
und weiß nicht mehr,
wer ich bin.
Jeden Tag ist das Heimweh
unwiderstehlicher,
aber die neue Heimat hält mich fest
Tag für Tag noch stärker.
Und jeden Tag fahre ich
zweitausend Kilometer
in einem imaginären Zug
hin und her,
unentschlossen zwischen
dem Kleiderschrank
und dem Koffer,
und dazwischen ist meine Welt.

En medio
Cada día hago 
deshago al maleta.
Por la mañana, al levantarme,
planeo el retorno,
pero hasta mediodía me voy 
acostumbrando a Alemania.
Voy cambiando 
y sigo siendo igual,
y ya no sé
quién soy.
Cada día la añoranza 
se hace más insoportable,
pero mi nuevo hogar me atrapa
con más fuerza día tras día.
Y cada día viajo
dos mil kilómetros
en un tren imaginario
hacia aquí y hacia allá,
sin decidirme entre
el armario
y la maleta,
y ahí en medio está mi mundo.

La traducción al español es mía y de Gaditana. Ninguno de los dos somos traductores (y menos de poesía), así que no nos tiréis piedras.

Ya es de verdad que me quedo a vivir aquí. Vine solo por once meses y al final esos once meses se van a alargar un poco. Hace cuatro años no habría sido capaz de tomar la decisión de quedarme, pero como dice el poema, mi nuevo hogar me atrapa con más fuerza día tras día (y cada vez que leo los periódicos de España estoy más seguro de esa decisión).

Hay entradas que simplemente no vienen a cuento de nada, ésta es una de esas.

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