lunes, 24 de mayo de 2010

Érase una vez...

... un hombre cuya dependía de los autobuses ALSA. Murió.

En menos de una semana he cogido dos autobuses ALSA, uno Logroño-Madrid y otro Madrid-Logroño. Los dos han llegado tarde. Como el primero llegó tarde, perdí el tren a Córdoba, y en vez de llegar poco antes de las doce de la noche, llegué en autobús poco antes de las cinco de la madrugada sin haber dormido apenas. Como el segundo ha llegado tarde, he llegado a Logroño sobre las doce de la noche; pero como me lo esperaba, por lo menos tenía alojamiento reservado.

Menos mal que este finde he ido a la feria y he acabado el esquema de las U.D. de mi programación, pq si no ¡¡¡vaya mierda de finde!!! Dormir poco y con resaca.

PD: Para quien lo quiera saber, mi sobri ya tiene cuatro dientes, que eso también ha hecho que las más de veinte horas de viaje hayan merecido la pena ;-)

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