lunes, 30 de mayo de 2011

Volviendo a las andadas

Por increíble que parezca, desde que me mudé (hace ya más de dos meses) apenas he hecho excursiones (aparte de una cerveza en Crailsheim con Paula y otra en Heilbronn con Aitor). Los diez días en Córdoba y la semana en el País Vasco no cuentan porque no eran excursiones, eran directamente vacaciones o viaje de negocios (vale, el equivalente de los profesores, es decir viaje de fin de curso). En principio tampoco las echaba mucho de menos porque casi todos los findes los he tenido ocupados, entre mudanza, preparar o corregir exámenes, recibir visitas, organizar deformaciones etc. se me pasaban los findes volados... hasta la semana pasada.

El fin de semana pasado no me moví de Öhringen (también conocido como "pequeña ciudad con encanto" o "mierdapueblo"), así que ya estaba un poco que me subía por las paredes (a lo mejor por eso tenía tal ansiedad el martes que me hice un bizcocho) y este fin de semana no estaba dispuesto a que fuera otro finde encerrado, así que empecé a echar las redes en los alrededores (con alrededores me refiero a sitios a los que tarde menos de hora y media en llegar), pero entre visitas de padres, excursiones propias y oposiciones varias me veía limpiando la casa, regando el jardín o comparando los precios del Netto, el Handelshof y el PennyMarkt para matar el tiempo (con deciros que el sábado por la mañana fui al instituto a meter algunas notas finales en el fichero para distraerme, creo que os hacéis una idea).

Pero hete aquí [/inciso/ me encanta la expresión "hete aquí"/fin del inciso/] que me llamó Gema y me salvó el fin de semana. Su hermana está de visita e iban a ir a Rothenburg ob der Tauber el domingo, que si me quería ir con ellas. Antes de que acabara de hablar ya le había dicho que sí. Sin acordarme de que entre Öhringen y Rothenburg hay la nada despreciable distancia de tres horas y media (lo que se tarda, por ejemplo de Córdoba a Mérida), más otras tres horas y media de vuelta. Si me hubiera acordado, habría aceptado igualmente, después de pensármelo durante una fracción de nanosegundo.

En Rothenburg genial. También vino Aitor, y vimos las mismas cosas que la primera vez (porque Rothemburg es muy bonito, pero bastante limitado): la muralla, la plaza del Ayuntamiento, los jardines extramuros, las estatuas de las estaciones y los elementos, las hordas de turistas japoneses, la tienda en la que siempre es navidad (aunque estos dos últimos no estaban en noviembre, o no los vimos).
Pero esta vez era diferente, pocos sitios cambian tanto dependiendo de las estaciones como Alemania, y dentro de Alemania, Rotehnburg cambia más todavía: la luz, las plantas, la gente, el ambiente... son dos sitios totalmente diferentes. Ya sólo me falta verlo con Weihnachtsmarkt (aunque me da, que esa vez va a ser sin Aitor). Además, esta vez comimos, cual alemanes, en un Biergarten (otro día hablaré el concepto de Biergarten, recordádmelo); bueno no, no comimos, nos pusimos hasta el culo de comida (vamos, que todavía me dura el empacho). A la vuelta, como ya teníamos demasiado visto Rothenburg fuimos a Ansbach, lo visitamos un poquitillo, nos tomamos un refresco (vale, no equivocamos de tren y nos quedamos más de una hora tirados en Ansbach, pero oye, aprovechamos la situación) y nos fuimos a Crailsheim.

En Crailsheim nos juntamos con Paula y Amadora, nos fuimos a otro Biergarten a tomarnos otra birrilla y de ahí para la casa, que tenía que terminar el examen que les he puesto hoy a mis alumnos.

Que esa es otra. Ahora están haciendo los exámenes finales la gente de los "ciclos formativos" de mi instituto, y además están haciendo los exámens orales de selectividad los de Bachillerato, así que no hay salas suficientes en el insituto, y han anulado todas las clases de Bachillerato hoy y mañana (el examen lo he puesto en el otro instituto, que ahí ni han anulado clases ni nada de nada), así que estos días antes de Hamburgo estoy de relax total. (El jueves es fiesta y el viernes puente, así que me voy a Hamburgo desde el miércoles por la noche hasta el domingo).

Y una cosa que me he quedado pensando. El año que viene nos quedamos bastantes, sólo se vuelven a España Aitor, Gema y Paula. Que es con quienes he estado este finde. Así que para el año que viene tendré que aprenderme mejor los horarios de trenes hacia Calw, Tauberkreis y el Brenz. ¿O alguien se apunta a venir por aquí el año que viene? ;-)

Como siempre, sed felices.

PD: No os hacéis una idea de lo que me alegra volver a hacer excursiones.

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