sábado, 8 de septiembre de 2012

Fortbildung

Es curioso lo poco que escribo cuando conozco a alguien. Esta semana he conocido a los otros 17 que han venido de profesores visitantes y no sé qué escribir, pero bueno, dejaré que fluya y algo saldrá, seguro, que como bien sabéis, cuando me pongo delante de un teclado me olvido hasta de comer.

El miércoles empezó el cursillo para los nuevos, en la Akademie des Sports de Hannover, es algo así como un Centro de Alto Rendimiento para deportistas, y allí estábamos nosotros, que todo el deporte que hicimos fue jugar a los bolos y levantamiento de Kaffe.

Las charlas, la verdad es que por un lado han sido bastante interesantes, pero por otro la mayoría de las cosas ya me sonaban del año pasado o de lo que me había explicado C el lunes, eso sí, sin duda alguna lo mejor de los tres días ha sido la gente; así que paso directamente a las noches (entiéndase que la noche empieza a las cinco y media de la tarde, faltando todavía casi tres horas para que anochezca), que seguro que os interesa más que el currículo de contenidos de español para las clases 6 a 10 de Baja Sajonia.

El miércoles después de cenar (a las siete de la tarde ya nos echaron del comedor) decidimos movernos los dieciocho a la vez e ir al centro, donde acabamos en una Brauerei. De verdad que yo no sé cómo lo hago que al final me acaban llevando a cervecerías, yo que lo único que quería era tomarme un descafeinado tranquilamente en una cafetería y volverme prontito a la camJAJAJAJAJAJAJA. De los diecinueve (también se nos unió la hermana de una chica que ha venido con el programa) hubo gente que aguantó poco, hubo gente que aguantó más, hubo gente que aguantó mucho, y luego estamos los que nos fuimos los últimos. Al principio estuvimos en la parte de restaurante, sentados todos en una mesa larga, charlando de esto y de aquello y al rato se fue la primera tanda; seguimos sentados charlando de lo de más allá y de lo de más acá y se fue la segunda tanda y los que quedábamos decidimos meternos en la parte de discoteca (restaurante con discoteca, un concepto  muy alemán... o lo mismo es que yo soy un poco catetorri y no lo he visto en otro sitio, aunque lo haya). En la discoteca había una fauna totalmente germánica. Entre las señoras del facebook que estaban en la pista bailando entre ellas buscando un lobo que les comiera el tigre, el Elvis sesentañero y el rockero viejo de Love Actually, allí aguantamos estoicamente nosotros, con ayuda de la rubia alemana más apetecible hasta que ya la decadencia decidió por nosotros que teniendo que madrugar al día siguiente era buena hora de volverse a la cama.

El jueves después de la cena nueve de los que estábamos bajamos al sótano, donde había una bolera superextraña. Cuando llevábamos un rato jugando y teniendo en cuenta que no había frigorífico mágico para calmarnos la sed, decidimos subir al bar de arriba a remojarnos el gaznate y a jugar a rojos y negros; pero una vez arriba, vimos que la opción de remojarnos el gaznate en un bar del centro era mucho más apetecible. Definitivamente, son esos momentos con un batido de chocolate o una birrita delante los que nos hacen mejores personas. Y que tengan una baraja de cartas es lo que hace a los bares alemanes ser mejores locales. Allí hablando, jugando, riendo y en definitiva haciendo lo que se hace en los bares, perdimos la noción del tiempo. Cuando la camarera vino a decirnos "vamos a cerrar que esta familia querrá irse", decidimos (contra el sabio criterio de algunos) volvernos a la Akademie, que al día siguiente seguíamos de curso.

Y así llegó el viernes y el curso se acabó a las 15:00 y nosotros nos fuimos a las editoriales a pedirles que nos dieran cositas, que nos pirran los materiales a todos. O mejor dicho, a arramplar con los materiales gratuitos de la Cornelsen; vamos que si la calidad de un profesor se midiera por su capacidad de localizar materiales gratuitos y usarlos luego en clase, seríamos los mejores profesores de toda la Baja Sajonia.

Y el viernes fue el último día, el día cuando acabó todo... o mejor dicho, cuando todo no hizo nada más que empezar ;)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te gusta más un jolgorio y cerrar un establecimiento que a un tonto una gorra cuadros :_D

Restaurante con discoteca es un concepto muy neoyorquino. Nadie pierde la oportunidad de imitar "lo más cool", y los alemanes menos que nadie.