lunes, 3 de septiembre de 2012

Hannover, Piesberg, bici

Mañana me toca dar mi primera clase. Evidentemente en vez de prepararla voy a escribir una entrada (cuanto más larga, mejor) del blog.

El sábado me fui con A a Hannover. A también ha venido a Niedersachsen con el programa, ella está en Stadthagen y la conozco porque es amiga de T, de Baden-Württemberg. A toca el arpa y además de alemán e inglés también habla algo de ruso y de francés, ah, bueno, y es doctora; vamos, ahora descubro que también tiene un blog y ya me quedo muerto del todo (bueno, como Morti, que habla inglés, alemán, francés, ruso y tiene un blog). Pero es buenagente, así que nos llevamos bien. H (mi compañero de piso) es de Hannover y cuando volvió el domingo y le dije lo que había visto en Hannover me dijo "ah, pues entonces lo habéis visto todo, Hannover no tiene mucho más que ofrecer". Vamos, que se le puede llamar la Stuttgart del norte.
Cuando llegamos y nos bajamos del tren, estuvimos viendo un poco el centro histórico y el mercadillo de segunda mano que hay junto al río, el que está junto a las nanas, que son estas esculturas tan "bonitas".

Después del mercadillo y de las nanas, nos entró hambre... y con "nos" quiero decir "a mí me entró hambre y arrastré a A hasta la Braurei más próxima", bueno, más bien nos arrastramos mutuamente, que la que tenía el plano y la que sabía donde estaban las cosas era ella. Allí dimos buena cuenta de una salchichaca de medio metro y un codillaco con su chucrut a mansalva. Después de una comida tan ligerita, lo mejor fue ir a darnos una vuelta por el Maschsee, cerca de donde está el nuevo ayuntamiento.

Y luego, ya después de competir en un triatlón (o más bien, después de pasar por debajo de la meta del triatlón que hubo por la mañana) decidimos que era buena hora para tomarnos un café en la Ballhofplatz, donde la gente se toma el café en las hamacas de la playa.
Y luego, después de pasear por la ópera, el edificio Anzeiger y la galería que pasa por debajo de la estación, ya decidimos volvernos cada cual a nuestra ciudad.

El domingo fue en Osna el festival de Piesberg. Piesberg es una de las siete colinas que rodean Osnabrück. El otro día en la reunión de los profes me dijeron cuáles eran las siete colinas, pero me dijeron ocho nombres, así que cuando se dieron cuenta, me dijeron "pues... tienen que ser siete, así que olvídate de Nossekualberg". Antiguamente, Piesberg era el vertedero de Osnabrück, y aún así las familias iban los fines de semana de excursión a los alrededores; hay costumbres que hay que haber crecido con ellas para entenderlas. Hoy día ya no es vertedero (no me preguntéis donde se llevaron la basura), sino que abajo de la colina está el museo de la industria y arriba del todo hay un mirador. Y entre medias este sábado estuvo el festival de Piesberg. Este festival consiste en puestos de comida y bancos y mesas cerca (todo muy alemán) y un escenario en la parte baja y luego también se puede subir al mirador, para conectar la zona del escenario con la subida al mirador (que hay que hacer a pie) se puede hacer de varias formas, nosotros fuimos C (mi compañera de español), su hijo de dos años, R (a la que yo sustituyo), su novio, y unos amigos de ellas con su hija de dos años. La experiencia estuvo bien, pero quienes estéis acostumbrados a viajar con niños pequeños sabréis que hay que tomarse las cosas con calma y que los carritos de bebé no caben en cualquier sitio.

Y el domingo después de Piesberg y después de que llegara H de su fin de semana recordé por qué decidí venirme a una WG (piso compartido) en vez de irme a vivir solo. Estaba yo delante del ordenador y me salta H: Hast du Bock auf ein Bier? afra: Immer!(1) Y así nos tiramos un rato tomándonos nuestra birrita en la terraza charlando un rato.

Y ya por fin, hoy lunes ha empezado el curso, pero como mi escuela es tan guay, los dos primeros días son de Einschulung, es decir, para que los nuevos se acostumbren a la escuela, explicarles las normas y esas cosas, así que hoy sólo hemos tenido una reunión de departamento, que no sé si ha sido oficial o no, pero me ha venido de lujo (lo que me recuerda que me tengo que leer el curriculum para español, que para algo me lo imprimió C). Y ya por la tarde me he convertido en el orgulloso nuevo dueño de una bici de segunda mano. Bici negra, de montaña y con esparadrapo en el sillín, pero ¿qué más se puede pedir teniendo en cuenta que me la tenía que comprar hoy sí o sí?

(1) H: ¿Te hace una birrita?
afra: ¡Siempre!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro un montonazo de que vaya todo así de bien. Cada vez que leo una entrada tuya más me acuerdo de lo bien que estuve allí. Muchos besos Afra y cuidate!!!! Iza

afra dijo...

Iza ya sabes que puedes volver cuando quieras. Aquí hay sitio para quedarte cuando vengas.
Besos.
PD: Voy a Córdoba a finales de octubre ¿birrita?