viernes, 5 de octubre de 2012

Viento en popa, pero sin creérselo demasiado

Es curioso como cuando todo parece ir viento en popa algo sucede que nos recuerda que no debemos confiarnos. Es curioso como cuando parece que vamos cuesta abajo y sin frenos algo sucede que nos recuerda que no debemos desesperarnos.

El fin de semana pasado no pudo ser mejor, fue tan bueno, que de todo lo que pasó no he tenido tiempo a sentarme a escribir hasta ahora (y en realidad ahora mismo tampoco lo tengo, pero escribir en el blog es una necesidad que tengo, como respirar o como comer). Pero como siempre, mejor empezar por el principio.

Hará cosa de dos semanas me enteré por tuiter de que en el Diario Córdoba buscaban cordobeses que estuvieran viviendo en el extranjero para hacerles una entrevista, así que les respondí al tuit, y al final acabé haciendo una entrevista más larga que un día sin pan que podéis ver si pincháis aquí. A esa entrevista le tuve que añadir unas fotos que hice en esta ciudad y una pequeña entrevista que le hicieron a mi madre y el resultado es que al final el domingo pasado salió un artículo sobre mí en el periódico (página uno y página dos).

Además ese mismo fin de semana seguí explorando la geografía alemana y humana en compañía de más profes del programa, ampliando un poco la familia bajosajona bailando, bebiendo, riendo, fotografiando, besando, paseando, descubriendo, en fin, un fin de semana bastante completito, completo como pocos, de hecho. Desconectado del mundo, de internet, de facebook, del blog de todo, como son casi siempre los mejores momentos.

Y cuando me metí en el correo a ver si me habían mandado el enlace al reportaje, un jarro de agua fría.

Un gran hombre, un mentor, un maestro, un ejemplo a seguir que conocéis apenas tres o cuatro personas de quienes leéis este blog, pero que ha enseñado a enseñar como poca gente es capaz de hacerlo y que la semana que viene tenía que seguir haciéndolo, ya nunca más lo hará. Y la gente para la que era mucho más que simplemente un nombre o una cara, la gente con la que yo podía hablar y desahogarme de verdad están tan lejos que he tardado casi una semana en hablar con la primera. Mañana le entierran en Baden-Württemebrg, donde vivía (aunque era de Palencia... y leísta como buen castellano). Menos mal que aguantó hasta que ya no hubo más profes visitantes en Baden-Württemberg, porque sin él todo sería muy diferente, y no precisamente mejor. Desde aquí mi homenaje.

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