miércoles, 3 de noviembre de 2010

Crónicas hungriacas

Pues ya sólo me separa la noche de mi vuelta a Hessental. Hoy veremos una peli y luego al sobre y así será como acaben mis vacaciones en Hungría. En el 89 (algunos) alemanes del este (sobre todo berlineses orientales) iban "de vacaciones" a Hungría para pasar la (recién abierta) frontera con Austria y huir a la Alemania occidental. Pues bien, algo parecido haré yo mañana, pero no huiré de Hungría, sino que volveré a mi rutina, que si bien no me disgusta, prefiero estar aquí de vacaciones. Y ahora, lo que os interesa ¿qué hemos hecho estos dos días?

Ayer nos quedamos descubriendo la ciudad de Kesckemét. Yo creo que es algo así como Ronda, pero al revés. Ronda es un pueblo que no tengo muy claro por qué es un paraíso para los guiris que vienen a Andalucía; ya sé que es muy bonito, pero creo que tampoco tiene nada superespecial como para ser destino turístico obligatorio. Pues bien, si Kesckemét tampoco tiene nada especialmente destacable, es una ciudad bastante típica y con algunos aspectos a destacar como la (enorme) catedral católica; la plaza del pueblo, donde se juntan iglesias de prácticamente todas las ramas del cristianismo presentes en Europa; el Cifra Palota (un palacio del siglo XIX); etc. Después de un día de turismo (en el que el cansancio del lunes ya se hacía notar) nos fuimos a la bolera a echar un rato y comprobar como esa bolera (al igual que el 95 % de las boleras del mundo) es en realidad un negocio de blanqueo de dinero.

Y hoy hemos vuelto a Budapest, a recorrer la parte que nos quedaba que es Patrimonio de la Humanidad. Entre otros el Museo del Terror, que fue cuartel general del partido nazi de Hungría y de la policía secreta soviética de Hungría. Quizá sea porque viví en Berlín (víctima arquetípica de dos de las dictaduras más duras del siglo XX), pero ese es un tema que me interesa bastante y que siento muy cercano (a veces incluso más que la historia de mi propio país, es algo que no puedo explicar). También hemos estado de relax y visitando la impresionante Basílica de San Esteban, donde está reliquia de la mano de San Esteban (el tema de las reliquias lo dejamos para otro día ¿vale?).

En resumen, que me lo he pasado genial, que estoy reventado de andar y visitar y trenear (a pesar de estar más que acostumbrado a esto último) y que ojalá no tuviera 82 exámenes esperándome en casa mañana.

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