lunes, 25 de octubre de 2010

Würzburg

Ayer fue San Rafael y estuve tan melancólico pensando que no estaba de perol y que tenía que poner exámenes que se me olvidó comentaros que el domingo sábado estuve en Würzburg, y claro, si me voy de viaje el sábado, pues el domingo me toca currar en casita.

Allí en Würzburg, la Baviera no-profunda, me lo pasé pipa, a pesar de equivocarnos de calle nada más salir de la estación. La cosa fue así: por la mañanita temprano (pero no demasiado, que si no luego nos ponen una multa por llevar BW-Ticket) me cogí el tren a Crailsheim, recogí a Paula y un transbordo (con retraso y varios niños chicos en el vagón incluídos) después llegamos a Würzburg.

Como lo decidimos apenas unas horas antes de salir, pues no tuvimos tiempo de mirar nada de información sobre la ciudad, pero la fama le precede, así que allí nos plantamos. Pero claro, después de un rato caminando nos parecía una ciudad demasiado normal y, además, de lo que es más famoso (el puente sobre el río Meno (Main en alemán), el castillo en lo alto de la colina, la Residenz en mitad de la ciudad, la catedral, etc.) no había ni rastro por ningún sitio. Así que aunque no nos lo estábamos pasando mal, teníamos la sensación de que las dos horas de tren a lo mejor eran demasiado.

Y en esto estábamos cuando llegamos a unos jardines, estamos ahí echándonos fotos y acordándonos de quien fuera que le dió la fama Würzburg, cuando nos llamaron María y Sonia (otras dos profes visitantes que tienen Würzburg a tiro de piedra y están como yo hace dos años con Düsseldorf, más aquí que en su casa) y que se veían a echar el día con nosotros y a enseñarnos la ciudad (aunque con sus indicaciones llegamos a la parte bonita antes que ellas). Y eso, que cuando llegaron nos pusimos a comer, a ver la ciudad y a seguir haciendo fotos y el notas por las calles.

Pero amigos míos, Alemania tiene una cosa, y es que si vives en una ciudad (en lo que los españoles consideramos ciudad, no lo que los alemanes consideran ciudad), como ha sido mi caso hasta ahora, estás muy bien comunicado en tren, pero como vivas en lo que se conoce como Kreisstadt, lo que estás es jodido.
Y ¿qué es una Kreisstadt? Pues lo que oficialmente se conoce como "pequeña ciudad", pero todo el mundo en España llama "pueblo" (quizá "pueblo grande", pero pueblo al fin y al cabo). Así que sobre las seis o así tuvimos que poner rumbo a la estación, para poder llegar a una hora decente a casa (y no quedarnos tirados en mitad del campo).

Y bueno, ya sé que esta entrada no está muy inspirada, pero hoy he tenido siete horas de clase (como cualquier lunes), he dormido menos de cinco horas (lo que empieza a ser una costumbre muy peligrosa e incómoda) y estoy pensando que tengo que hacer otro examen para mañana, pero esta vez más largo para que me dure toda la hora doble; que los de esta mañana han sido muy cortos... ¡¡a ver qué me han escrito!!

No hay comentarios: